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Crisis en Washington: millones de familias afectadas por cierre de gobierno y alza en costos médicos

  • Uno de los programas más golpeados es el de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que beneficia a uno de cada ocho estadounidenses.

La parálisis del gobierno federal en Estados Unidos alcanzó este sábado un punto crítico al poner en riesgo la alimentación y la salud de millones de ciudadanos. La falta de un acuerdo presupuestal entre republicanos y demócratas amenaza con suspender pagos de programas esenciales como la asistencia alimentaria y eleva drásticamente los costos del seguro médico.

El conflicto político ha mantenido sin salario a miles de empleados públicos durante más de un mes, provocando disrupciones en aeropuertos, oficinas gubernamentales y servicios básicos. Pese al impacto social y económico, el Congreso sigue sin sesionar de manera regular: la Cámara de Representantes acumula seis semanas sin actividad legislativa y el Senado se retiró para el fin de semana tras fracasar los intentos de diálogo entre ambas bancadas.

El republicano John Thune, líder del Senado, admitió que la presión social podría obligar a las partes a ceder, mientras el presidente Donald Trump insiste en mantener el cierre hasta lograr un nuevo presupuesto. En contraste, los demócratas, encabezados por Chuck Schumer, advierten que el incremento en los costos médicos obligará al Congreso a reaccionar antes de que la crisis sanitaria se desborde.

Uno de los programas más golpeados es el de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que beneficia a uno de cada ocho estadounidenses. Dos tribunales ordenaron al Departamento de Agricultura continuar los pagos pese a la orden de suspensión impulsada por la Casa Blanca. Aunque el organismo dispone de un fondo de emergencia de 5 000 millones de dólares, el retraso en la entrega de recursos ya afecta a millones de hogares.

Los demócratas acusan al gobierno republicano de ignorar las consecuencias humanitarias del cierre, mientras que los conservadores culpan a la oposición por haber rechazado en repetidas ocasiones la aprobación de fondos temporales. En medio del enfrentamiento, los trabajadores federales acumulan semanas sin cobrar y los sindicatos alertan sobre el deterioro de la salud mental y las condiciones laborales, especialmente entre los controladores aéreos.

La crisis coincide con el inicio del periodo de inscripción al seguro de salud de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA). Este año, los usuarios enfrentarán incrementos considerables debido al vencimiento de los subsidios fiscales que ayudaban a cubrir las primas. Los demócratas buscan extender dichos apoyos, mientras que los republicanos plantean revisiones profundas al sistema sanitario.

De acuerdo con la organización KFF, los asegurados subsidiados podrían ver aumentos promedio del 114 %, lo que significaría más de mil dólares adicionales al año. En estados como Wisconsin, las familias podrían pagar entre 12 000 y 24 000 dólares anuales por la cobertura, cifras que los gobernadores demócratas califican como “inasumibles”.

A medida que el cierre se prolonga, la incertidumbre crece entre los hogares de bajos ingresos y la presión sobre el Congreso se intensifica. Lo que comenzó como una disputa presupuestal amenaza con convertirse en una emergencia social y sanitaria que pondrá a prueba la resistencia del país.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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