(21 de octubre, 2014).- Siguen cometiéndose errores en el caso de los normalistas desaparecidos. Tanto Jesús Murillo Karam como Miguel Ángel Osorio Chong lucen totalmente deshumanizados al grado de enviar autobuses para que los padres de estos jóvenes se trasladen al punto en donde para ellos es más fácil y cómodo aterrizar. Desde Chilpancingo los llevaron al aeropuerto Juan Álvarez de Acapulco y en uno de lo hangares llevaron a cabo una reunión de la que ya no quisieron informar nada a la prensa. Trascendió que les presentaron un balance sobre las tareas de búsqueda de los estudiantes y una disque relación de las violaciones a los derechos humanos cometidas contra este grupo el 26 y 27 de septiembre, mismas que consideran “graves”. Resultados, ninguno.
Y, desde el momento en el que el gobierno mexicano está ofreciendo una recompensa millonaria para quien de información que permita dar con el paradero de los 43 estudiantes, ya puede percibirse que no tienen ni idea, que las líneas de investigación que tiraron no fueron las correctas, que los detenidos no han hecho declaraciones que los lleven al sitio en donde pudieran encontrarse. Por la información de cada uno de éstos jóvenes están dispuestos a entregar millón y medio de pesos, según afirma el centro de derechos humanos “Tlachinollan”.
La reunión duró una hora con 50 minutos y no dejó conforme a ninguno de los padres ya que a través de su vocero indicaron que no confían en las indagaciones que han realizado. Vidulfo Rosales, abogado de estas familias sostuvo que lo que les dijeron es incompleto, insatisfactorio y que hubo malos procedimientos en la exhumación de las fosas llevada a cabo por la procuraduría de Guerrero por lo que la pregunta gira ¿no era prioritario para la federación atender directamente todos los puntos de este asunto? A esto se agrega la exigencia de que el padre Alejandro Solalinde se presentara en la PGR para que declarara sobre los datos que ha señalado le proporcionaron fieles que le tienen confianza lo cual tuvo que aplazarse para el jueves negándole la recepción de varios documentos que daban cuenta de las expresiones de sus informantes.
Frente a esta escasa información con la que cuentan las autoridades para dar con estos jóvenes, ante la incapacidad demostrada para atender estos asuntos que son los que han permitido que el país se convierta en una gran fosa común, porque habrá que estar pendientes y muy informados sobre las acciones que los grupos de narcotraficantes han realizado y que no solo hablan de los crímenes sino de la desaparición de los cuerpos en puntos que van llenando. Un horror va dejando en menores reacciones a otros y por ahora, la apuesta gira en torno a que se genere un escándalo mayor que provoque que se disminuya la exigencia de aclarar el de Ayotzinapa, como sucedió con el de Atlatlaya y como se han ido formando unos para tapar otros con un cuento de ya nunca acabar.
Porque ante tanta ineficiencia solo pueden dar discursos y en ellos se nota una doble intencionalidad. En el caso de Beltrones, señala que la renuncia de Ángel Aguirre sería “muy conveniente si ayuda a encontrar a los 43 normalistas”, y de nuevo van sobre la conciencia del guerrerense, esa que invocan para que renuncie y se vaya, la que dejan para que le hable al oído y le diga cual es el camino del bien, el que debe tomar, porque en este país nadie es responsable de nadie, ni hay autoridades que puedan y deban ir sobre aquellos que cometen errores que ponen en peligro a los ciudadanos, que los llevan a los extremos de inseguridad a los que se ha llegado.
Surge también en Manlio Fabio Beltrones, el “Pilatos” que cargan todos los funcionarios públicos de nuestro país. Su opinión, al parecer, solo puede se expresada porque es diputado y por lo tanto no tiene nada que ver con la desaparición de poderes que no les corresponde a este grupo de legisladores, sino a otros, a los senadores, con todo y que él formo parte de ese Senado y que bien podría opinar como ex gobernador, como ex secretario de un hombre rudo como lo fue Fernando Gutiérrez Barrios, como un político experimentado en las lides de arriba y de abajo porque hay que recordar su papel en el crimen de Colosio, como padre de familia, como sonorense que supo de la impunidad para tratar el asunto de la guardería ABC. Pero nada, no hay nada que los lleve a poner en riesgo el hueso que portan aún y cuando ya no lo necesitan para su mantenimiento económico, sino por prurito de conservar poder y más poder.
Y don Enrique Peña Nieto, mientras tanto y de gira por Veracruz, en donde escuchó al gobernador Javier Duarte, a quien su pueblo tampoco quiere, lanzarle todo tipo de loas, de agradecimiento, de felicitaciones, sostuvo que en Guerrero ya están a la vista las primeras acciones para enfrentar la inseguridad y que por ello es que la federación tomo el control en 13 municipios en donde había elementos que hacen prever que las corporaciones podrían estar infiltrados por el crimen organizado. Como esto de la infiltración es lo más cierto que se ha dicho, habría que señalar que entonces deben tomar el control de los más de 2 mil municipios que hay en el país en las mismas condiciones, recordar que, al parecer, no hay uno solo que se salve, menos aún los que se encuentran en las sierras, en las lejanías, en los puntos en donde las pistas clandestinas son, para los narcos, lo más seguro.
Los diarios USA Today, The New York Times y TheWashington Post, cuestionan las declaraciones del mexiquense sobre una supuesta disminución de la violencia en México. Por su parte The Economist advierte que la ejecución de 22 personas en Tlatlaya y la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, son dos atrocidades lo suficientemente serias para cambiar el rumbo del gobierno de dos años de Peña Nieto. Contra lo esperado en comentarios de ese medio, dicen que Peña Nieto ha priorizado las reformas económicas y subestimado la ley y el orden como manera de modernizar México, sin reconocer que ambas son igual de importantes.
Advierten estos medios que los hechos apuntan lo lejos que esta nuestro país de ser un México de leyes y ponen de relieve que se requiere de orden y normas tanto como de reformas para modernizar al país. Su artículo titulado “Cuando el crimen se sale de control” se suma a muchos otros de la prensa internacional que van sobre los mismos cuestionamientos. Ante esto podemos estar ciertos del gran fracaso de fincar sobre lo mediático las políticas que tienen que ser para el pueblo, aprobadas por él y sin que se tenga que seguir soportando la impunidad, el endeudamiento, la corrupción, los abusos y el mantenimiento de las fortunas de los amigos, de los compadres y de los familiares de los hombres de poder.
Así que de nuevo se lanzó la justificante sobre la paralización que se va a mantener en el terreno económico ya que el mexiquense lamentó que los hechos de Iguala hayan empañado los esfuerzos de sociedad y gobierno para impulsar el desarrollo y lograr mayor seguridad pública. Aunque a decir verdad, lo sucedido en Iguala no es sino una consecuencia de que en ningún momento han pugnado por que los ciudadanos contemos con mayor seguridad y en lo que se refiere a lo económico, bastante críticas recibieron de muchos que mostraban cierto interés en invertir en México porque su reforma estructural no les representaba garantías, con todo y que se abrieron puertas de par en par. Esto último es también consecuencia de mantener los oídos sordos ante los reclamos de los ciudadanos sobre estas reformas por lo que solo puede generarse temor de que se anulen las inversiones cuando los capitales ya estén apostados.
PELEA DE COMADRES, REVELA VERDADES
Los otrora aliados, panistas y perredistas, se vuelven en contra del gobierno federal y los motivos, por desgracia, nada tienen que ver con asegurar a los ciudadanos, con buscar que se apliquen de manera correcta las leyes, con demandar acciones concretas contra la inseguridad o por lo menos destacar que acatarán el ordenamiento popular en el caso del gobernador de Guerrero. Se abalanzan sobre la federación resaltando la incapacidad para encontrar a los jóvenes normalistas, por lo que está ocurriendo en diversas zonas del país, pero evitan a toda costa culpar en primera instancia a los personajes que llevaron primero como candidatos y luego buscaron que se quedaran con el poder. Y todo porque ellos mismos cargan una maleta llena de ilegalidades y corrupción.
Los famosos “chuchos” han llegado al extremo de manipular al Consejo Nacional del PRD para que se negaran a solicitarle de manera directa a Ángel Aguirre que renuncie, que solicite licencia y se vaya para que puedan llevarse las investigaciones a cabo sin que se encuentren hilos que llevan al punto de saber que hay un fondo que se oculta y en el que mucho tienen que ver las autoridades locales y el mandatario en lo personal. Los de las corrientes contrarios sostienen que nos son tapadera de nadie y reconocer que el Sol Azteca atraviesa por una de sus más severas crisis, aunque no por ello dejan de señalar que el procurador Murillo Karamdesestimó sin más ni más los señalamientos en contra del alcalde de Iguala. Incluso, para enredar la situación presentarán en contra del hidalguense una denuncia en la Secretaría de la Función Pública por omisión.
Mientras tanto siguen pugnando los poderes por no desaparecer. El Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura rechazaron que estén dadas las condiciones para esta medida y de nuevo todos se preguntan ¿qué es lo que ha hecho el Poder Legislativo del Estado para detener los baños de sangre, para apoyar incluso a los damnificados por la presencia de fenómenos naturales, por los padres de las víctimas, por garantizar los derechos humanos, para pedir cuentas a la policía, a los miembros del gabinete y al propio Ángel Aguirre sobre su desempeño? ¿Y el Poder Judicial no se ha mostrado ligero, liviano, sutil, con tanto y tanto delincuente? Hoy se ve claramente que ninguno de los tres existe, hace tiempo que ya desaparecieron pero solo los ciudadanos lo ven.
Faltan cinco días para que se cumpla un mes de la desaparición de los normalistas. Son ya tres semanas de que se encontraron cadáveres en fosas dentro del territorio guerrerense y no se sabe a quienes pertenecen. La desesperación ha cundido hasta las familias de los desaparecidos quienes intentan comunicarse con las autoridades para presentar su ADN y saber si ahí se encuentran sus familiares. El asunto pues no está concentrado en un solo punto, la sacudida se vive a nivel nacional solo que ésta es del pueblo, de las familias mexicanos de quienes están muy pero muy alejados de la atención gubernamental.
