(27 de enero, 2015).- Sus pies están cansados. Desde el 26 de septiembre del año pasado recorren el país exigiendo la presentación con vida de sus hijos y castigo a los responsables.
“A cuatro meses de la desaparición de los normalistas, la única versión que nos ha dado el gobierno es que los estudiantes están muertos”, señaló Melitón Ortega frente al Auditorio Nacional.
Acompañados por los maestros michoacanos de la sección 18, los familiares de los normalistas caminaron sobre Reforma durante la VIII Acción Global Por Ayotzinapa.
“Nuestro movimiento no tiene otro fin que encontrar los normalistas, no somos violentos y hoy lo vamos a demostrar”, aseguró Ortega mientras comenzaba el cierre de los carriles de Reforma en dirección al Zócalo Capitalino.
Después de él, muchos otros tomaron el micrófono para describir el infierno que han representado estas 16 semanas sin los estudiantes.
Willy, alumno de Ayotzinapa cuyo primo está desaparecido, exigió a Enrique Peña Nieto que dejara de hacerse pendejo, pues “él sabe dónde están los muchachos”. Lleno de rabia por la actuación de las autoridades, el normalista preguntó: “¿qué hizo el Ejército en tantas horas, de qué sirven tantos batallones?”.
Metros adelante, otras preguntas fueron planteadas por Omar García, vocero de los estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos: ¿Por qué omiten las declaraciones de los sobrevivientes?, ¿por qué no asumen el costo político de lo que hicieron?”.
El abierto desdén de los funcionarios hacia el dolor de los padres ha acrecentado la indignación. En ese sentido, la madre de Abrajan de la Cruz criticó que los políticos se dediquen a las campañas y a ellos los hagan a un lado.
En los casos donde sí hubo un acercamiento, el objetivo real tenía tintes políticos: comprar el silencio de las víctimas. Así lo denunció Don Clemente, padre de Christian: “Ángel Aguirre mandó a su gente a mi casa para ofrecerme 100 mil pesos por mi hijo”.
Don Clemente, quien ha visitado varias universidades en el Distrito Federal en busca de apoyo, recordó que muchos de los padres padecen diabetes, por lo que hizo un llamado de solidaridad para que la sociedad done insulina.
Frente a la Diana Cazadora, José, otro estudiante de la normal, decidió alzar la voz en nombre de sus compañeros: “Nos queda claro el encubrimiento a las fuerzas federales. El desmantelamiento de la educación rural es un viejo proyecto del gobierno. En 2003 desaparecieron la normal de Hidalgo, ese mismo año le dieron un golpe tremendo a la de Chiapas. En 2012 pedíamos la convocatoria de nuevo ingreso y recibimos balazos”.
El dolor de los padres no se agota en la ausencia, las extorsiones, amenazas y las críticas de las que son objeto por parte de la prensa ahondan su pena. Al respecto, José insistió: “Las marchas contra Ayotzinapa son promovidas por los partidos políticos y sus familias”.
Con un periódico en la mano, Omar García secunda a su compañero. Frente al Senado de la República, afirmó que los medios han criminalizado el movimiento, como ejemplo presentó el titular de El Financiero, donde calificaban de “aviador” al vocero de los padres, Felipe de la Cruz.
“Se equivocan, existen 43 padres “aviadores”, pues desde el 26 de septiembre todos han tenido que dejar sus trabajos, pero nadie nos mantiene ni nos manipula, es la sociedad quien nos ha apoyado”.
Sobre la actitud de los empresarios, quienes han pedido represión al movimiento, Omar comentó: “Somos estudiantes y padres de familia que venimos del campo, pero eso no significa que no sepamos a dónde vamos. A nosotros nadie nos manipula porque no leemos la realidad, la vivimos todos los días”.
Al borde de las lágrimas, un padre sentenció : “Yo no soy orador, ni líder, hablo como un padre herido. La rabia me lleva a tomar el micrófono”.