(31 de octubre, 2014).- El 52 por ciento de los niños y adolescentes que viven en México sufren pobreza extrema, lo cual corresponde a tres millones de menores, según informó la jefa de Políticas Públicas del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF, por sus siglas en inglés) en México, Erica Strand, al presentar el informe “Alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con equidad”.
A decir de la representante del UNICEF, la situación de pobreza entre niños y adolescentes no ha podido ver mejoras, a pesar de los diversos programas sociales que tanto han promocionado los gobiernos federal y locales del país.
“Todavía existen dificultades para relacionar sus logros con un perfil específico de la población beneficiaria que permita identificar que efectivamente están llegando a los sectores en situaciones de mayor desventaja”, advierte el documento.
Debido a esto, la instancia ha recomendado integrar un padrón único de beneficiarios, para que sea posible enfocar de manera más efectiva los programas sociales, pues hasta ahora persisten brechas notables.
Asimismo se identificó que la mayor parte de la población que vive en condiciones de pobreza se encuentra en la zona sur del país, específicamente en el estado de Chiapas, donde habita el 82 por ciento de los menores que son parte de las cifras.
“Geográficamente, estar en una zona rural para un niño o adolescente sí representa un desafío muy importante y es 27 por ciento de los niños en el país (…) En origen étnico también vemos brechas muy importantes en pobreza, desnutrición, inscripción a la secundaria y desempeño académico”, señaló Strand.
Además, el reporte indicó que los mexicanos que estaban en pobreza extrema hace 10 años, aún siguen en la misma situación.
Por su parte, Miguel Székely, director del Centro de Estudios Educativos y Sociales del Tecnológico de Monterrey, declaró que la creación de nuevos programas sociales en los distintos niveles de gobierno tiene que ver en realidad con las temporadas electorales. “A los funcionarios les reditúa más ir a entregar programas que a establecerlos como un derecho”, comentó.
Otro factor es la falta de transparencia de dichos programas, sobre todo en entidades como Chiapas, Oaxaca, Guerrero y la Ciudad de México, donde es difícil acceder a la información sobre el uso de recursos y su efectividad en cuanto a las necesidades de los ciudadanos.
En tanto, el UNICEF también reveló que desde el 2005 han aumentado los asesinatos de menores de edad, entre 10 y 19 años, debido a la ola de violencia por la que atraviesa el país desde entonces.
Entre 2000 y 2011, las cifras de homicidios de niños y adolescentes creció 70 por ciento, tomando como referencia los datos de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Sistema Nacional de Información en Salud (SINAIS) y el sistema de los ODM.
“La violencia sí puede ser un factor que impide el cumplimiento de otros derechos, por eso lo incluimos (…) Estamos viendo violencia en muchos entornos: en la escuela y en la casa. En este país, uno de cada cuatro adultos justifica el golpear a un niño. Esto no tiene que ver necesariamente con narcotráfico, pero sí hay que considerarlo”, concluyó la representante del UNICEF.