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“México es un país de inseguridad y violencia”: Calderón

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(04 de septiembre, 2014).- A Felipe Calderón por momentos se le olvida que fue presidente de México, o al menos eso parece, pues en su participación en la Decimoctava Conferencia Anual del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en Estados Unidos, Calderón ostentó una larga lista de supuestos éxitos económicos durante su sexenio, pero el ex mandatario se contradijo y prácticamente se posicionó en un tercer plano cuando le tocó hablar sobre la inseguridad y la violencia de la región; prácticamente se mostró como un analista político quien ve los toros desde la barrera, pese a que durante 6 largos años estuvo ahí en la ruedo, capoteó los problemas de inseguridad y falló en el estoque de un problema del cual hoy en día opina en la lontananza.

“Pusimos orden en las finanzas públicas, redujimos el déficit, recuperamos la confianza de los mercados. En 2012 México pasó del lugar 73 al 53 en el ranking mundial de competitividad del Banco Mundial” declaró ufano el ex “presidente del empleo”.

Posterior a ello, quien pareciera extrañar dar el Informe de Gobierno habló sobre la la violencia: “La nuestra es  la región más violenta en el mundo y necesitamos afrontarlo”.“Combatan y enfrenten a los criminales, reconstruyan las agencias e instituciones de la aplicación de la ley, algunas desde sus cimientos, y reconstruyan la plataforma social”, pronunció Calderón sin mencionar los penosos resultados en su lucha contra el narcotráfico, que cobró la vida de más de 70 mil personas.

Al proseguir con su Informe Sexenal en tierras extranjeras, Calderón habló sobre la cobertura de salud universal, kilómetros de carreteras y regresó al asunto de la violencia:  “El nivel de homicidios por cada 100 mil habitantes es increíblemente el más alto de la región, y esto implica un problema terrible para nuestras economías y para el bienestar de nuestra gente”. Finalizó quien brindó sus consejos al Ejecutivo Federal.

Calderón padeció lagunas mentales, osciló entre la soberbia, el olvido y el indiferencia, con un sardónico sentido del humor y ante un mar de personajes, desde embajadores hasta analistas políticos y representantes de diferentes organizaciones no gubernamentales, también se dio el lujo de mostrar su indignación por la democracia y estabilidad de Venezuela.

Cuando finalizó, la concurrida audiencia lo recibió con sendos aplausos, esos mismos que ayer por la tarde congratularon a Peña; más de lo mismo…

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