A pesar de que Enrique Peña Nieto presuma que gracias a los “logros económicos” de su administración el PRI y sus aliados, PVEM y Panal, alcanzaron la mayoría en la integración de la Cámara de Diputados, sin tomar en cuenta el voto de castigo que le significó un abstencionismo de más del 53% y un voto anulado que sube este porcentaje al 55%, y que el respaldo con el que cuenta en el electorado apenas supera el 10%, el Banco de México advirtió que la actividad económica continúa ralentizada y que los riesgos para el crecimiento no se modificaron.
Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidieron por unanimidad mantener en 3.0% el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día, de acuerdo a la minuta de la decisión política monetaria anunciada el pasado 4 de junio. En esta medida se estimó que la postura monetaria vigente del banco central es conducente a apuntalar la convergencia de la inflación a la meta permanente de 3.0%; la variación anual de los precios al consumidor lleva cinco meses alrededor de este horizonte.
Para ese efecto, consideraron que la economía mundial sigue en desaceleración y las presiones inflacionarias globales han disminuido; que los balances de riesgos para el crecimiento para la inflación mundial se conservan sin cambio en relación a la postura previa; que la actividad económica de México continúa moderada, cuyos riesgos para el crecimiento no se modificaron; que prevalecen condiciones de holgura en el sector laboral y en la economía, con lo que no se prevén presiones generalizadas sobre los precios procedentes de la demanda agregada; que la evolución de la inflación se ha situado por debajo de 3.0% pese a la depreciación del peso, donde se vaticina que ésta se mantenga por debajo de este umbral en el resto del año, y que el balance de riesgos para la inflación se mantiene sin cambio respecto a la decisión anterior.
En la Junta de Gobierno del Banxico reconocen que las posibles acciones de política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed) podrían repercutir sobre el tipo de cambio, las expectativas de inflación y, por ende, sobre la dinámica de los precios en el país, por lo que se mantendrán atentos a la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas para horizontes de mediano y largo plazo, en particular a la postura monetaria relativa entre México y Estados Unidos, el desempeño del tipo de cambio, así como la evolución del grado de holgura de la economía. Lo anterior con el fin de estar en posibilidad de tomar las medidas necesarias para asegurar la convergencia de la inflación al objetivo de 3.0% en el 2015 y consolidarla.
El miércoles pasado, el Comité de la Fed decidió mantener la tasa de referencia de cero a 0.25%, pero revisaron a la baja para este año los estimados de crecimiento y empleo. El actual rango de crecimiento económico para este año quedó entre 1.8 y 2.0% (marzo: 2.3 a 2.7%), mientras el rango de desempleo aumentó a 5.2 y 5.3% (marzo: 5.0 a 5.2 por ciento)
Las variaciones de los tipos de interés de la Fed afectan tanto al mercado de dinero y de bonos como al mercado de valores. Un aumento en el rédito de corto plazo aumentaría la tasa de interés de largo plazo, lo cual reduciría los precios de los activos financieros. Las variaciones de la tasa de interés de la Fed también podrían modificar los flujos y los costos de capital a nivel internacional, así como el comportamiento de las variables económicas y financieras del resto del mundo, donde el dólar está presente.
Aumentaría el costo de la deuda externa denominada en dólares, y para evitar una salida de capitales, las autoridades monetarias se verían obligadas a aumentar las tasas internas de interés. México, que requiere del ahorro externo, tendría que aumentar sus respectivas tasas de interés y con eso afectarían los niveles locales de inversión y de producción. Nuestro país ya conoce la dura experiencia de las crisis de deuda externa y de fuga de capitales de las décadas de 1980 y 1990, provocadas precisamente por los aumentos en los réditos de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Ante este panorama económico y los errores cometidos en materia política, sobre todo en aquellos renglones que afectan los dictados que repercuten en la sociedad y en aquellos que tienen que ver con las clases más desprotegidas, va desenvolviéndose la diaria existencia en la que ese bienestar familiar, los buenos salarios, el crecimiento y la prosperidad no aparecen por ningún lado. Por lo menos son inexistentes para la inmensa mayoría de mexicanos que no tienen el poder de decidir y si lo hacen es, vergonzosamente, a cambio de una paupérrima despensa.
Problemas sociales afectan al PIB
Banxico consideró que el escalamiento de problemas sociales o una implementación de las reformas estructurales que no satisfaga las expectativas podrían afectar la confianza tanto de empresas como de hogares. En la pasada discusión del órgano colegiado, también fue planteada la “preocupación” que despierta la suspensión por parte del gobierno de una de las partes de la reforma educativa, anunciada por el gobierno una semana antes de las elecciones del 7 de junio, pero retomada un día después de los comicios.
El banco central admitió que en el primer trimestre de este año la actividad económica se
moderó, por un menor ritmo de la construcción, la debilidad de la producción petrolera y las manufacturas. No obstante, advierte una recuperación del gasto interno. Integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico consideraron difícil que se observe una importante aceleración del producto en los siguientes trimestres a la luz del patrón histórico de crecimiento en la última década y media.
Por lo que toca al balance de riesgos para el crecimiento, la mayoría consideró que éste permanece sin cambios respecto a la anterior decisión de política monetaria. Pero el balance sigue siendo a la baja y mencionaron la posibilidad de un nuevo descenso de la plataforma de la producción de petróleo, así como un mayor deterioro de la confianza del productor.
Como factores adicionales de riesgo, señalaron que la reciente recuperación del consumo privado puede debilitarse en ausencia de una mejora más clara de sus determinantes, y que la economía mexicana puede enfrentar un entorno externo más complicado de lo previsto en caso de una recuperación débil de la economía de Estados Unidos o de un periodo prolongado de incertidumbre como resultado de la normalización de la política monetaria de ese país.