En la era de la ‘ley Fayad’, sería un delito que un periodista publique un documento, fotografía, audio o que revele cualquier información privada de cualquier persona, aun cuando se trate de un hecho de corrupción, una violación a derechos humanos o una denuncia pública, a menos que se tenga consentimiento del implicado en el caso, de lo contrario se tendrá que pagar con 18 años de cárcel.
Desde su apertura a la sociedad en general, Internet es la fuerza que más ha convulsionado a las tiranías gubernamentales, ha generado las herramientas de comunicación e información, que son hoy las nuevas armas para combatir a estos gobiernos oligárquicos y capitalistas. Resultando de lo anterior, los medios digitales, prueba máxima de resistencia y lucha, porque son quienes han roto el cerco informativo y han desafiado a los medios convencionales que en su mayoría o se encuentran de lado del gobierno, o no se atreven a posicionarse abiertamente de lado de la sociedad civil.
Es evidente que otra vez el PRI está necesitado y urgido por acallar las voces independientes, las de esos medios que han elegido el camino sinuoso de la denuncia y que han logrado marcar una agenda totalmente distinta a la de los medios convencionales y hegemónicos, generando nuevas alternativas, no solamente de información, sino de protección, porque millones han podido identificarse con las tragedias de esa otredad anteriormente escondida, con temas exhibidos, esos que jamás se verán en una pantalla de televisión, en la estación radiofónica más escuchada del país y/o las ocho columnas del diario más leído.
Hoy es evidente e indiscutible que son los medios de comunicación digitales los que están proveyendo de información a una sociedad civil por años ciega o acallada, éstos en su mayoría no han podido ser controlados por el gobierno, es por ello que con el regreso del priismo, la censura está en pleno apogeo en la era de la información.
Siendo altamente complicado que el poder político pueda controlar la información que segrega el internet, como lo hace con los duopolios y los impresos, el PRI recurre nuevamente al terror, al miedo, está vez por la cárcel; las razones para la censura son, por citar algunos ejemplos, la corrupta actuación del gobierno en turno, su tráfico de influencias y la impunidad, los cuales no han podido ser encubiertos, porque lo que no pasó en televisión, radio y prensa impresa, se dio a conocer en medios digitales.
Esta continúa obstaculización de los medios digitales y del internet en general, podría también (como siempre) tener intereses norteamericanos, con la llegada del TTP y la ya activa Iniciativa Mérida, esta ley ‘Fayad’, podría ser una más de las encomiendas represoras, que tal vez no hoy, pero sí después (y pronto) se institucionalice.
Porque en México a las cúpulas del poder les interesa que nadie ejerza el derecho a cuestionar y por lo tanto llamar a detener los malos manejos del país, que devienen en los negocios que provocan el saqueo del país y el enriquecimiento ilícito, principalmente de Norteamérica, que cada vez más y a pasos agigantados va apoderándose de la tierra mexicana y lo que en ella existe.
La censura al internet es la última salida del gobierno, puesto que la represión directa contra los medios digitales le ha salido contraproducente, ya que ha provocado protestas en el país y condenas internacionales. La institucionalización de la mordaza informativa es la estrategia latente a tres vías: silenciar a cualquier entidad que quiera expresar (con documentación) algún tipo de delito por parte de un político, silenciar a los medios digitales, que no podrán ejercer su función social de informar ni ejercer su criterio editorial en un clima de diversidad y pluralidad, el cual construye democracia y encarcelar a todo aquel ciudadano que desee expresar sus opiniones, además que no podrán recibir información, ni organizarse para que como colectividad exijan el cumplimiento de sus derechos.
El priismo hoy cuenta con que la censura y autocensura hagan su trabajo (como partido en el poder), es por ello que cada vez y con más fuerza intenta desmantelar a los adversarios que no callan ni su genocidio, ni su corrupción, ni su impunidad: los medios informativos digitales y la ciudadanía crítica.
Con la aprobación de la ley ‘Fayad’ o cualquiera que venga del PRI, este editorial, por ejemplo, podría ser motivo para un desmantelamiento y encarcelamiento de periodistas.