Por: Carlos Bauer
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Domingo 11H30 tiempo de México, Carmén Aristegui, Julian Assange, Pedro Miguel, Blanch Petrich, Kristinn Hrafnsson, Arturo Cano
Antes de las masivas filtraciones de información filtradas por Wikileaks, pocas veces los documentos clasificados de gobiernos y empresas llegaban a ver la luz pública. Julian Assange y las personas que lo han acompañado en su lucha por entregar al público la información relevante que los poderes económicos y políticos mantenían reservada, no inventaron el periodismo de investigación ni fueron los primeros en hacer del oficio periodístico un ejercicio de libertad y autonomía. Pero sí transformaron la manera –y la escala– en que los periodistas pueden contribuir en la tarea de transparentar las decisiones políticas que afectan a todos los ciudadanos del mundo.
Antes de Wikileaks, el escándalo más conocido en que la labor de un periodista puso en jaque al gobierno de Estados Unidos fue el Caso Watergate, en el que Bob Woodward y Carl Bernstein demostraron que el presidente Richard Nixon usaba los aparatos de inteligencia para espiar a sus adversarios políticos. La revelación de estas prácticas llevó a la caída de Nixon. Pero las condiciones para el ejercicio del periodismo a principios de los años setenta diferían completamente de lo que representa Wikileaks. Woodward y Bernstein debieron confiar en un informante cuya identidad no podían revelar, por lo que buena parte del impacto que pudiera tener su investigación dependía de su propia credibilidad.
La revolución informativa de Wikileaks consistió en poner a disposición de cualquiera con acceso a internet documentos oficiales que hablaban por sí mismos. La credibilidad de Assange o de cualquiera de sus colaboradores queda al margen: los documentos están ahí, ninguno de ellos ha sido impugnado en su autenticidad. El emperador fue exhibido en su desnudez y ya nadie puede refugiarse en el argumento de que las revelaciones son la mera opinión de un periodista. Quien no quiera ver la verdad, tendrá que cerrar los ojos.
Aunque la organización Wikileaks se fundó en 2006, fue entre el 5 de abril y el 28 de noviembre de 2010 cuando este pequeño grupo de ciberactivistas cimbró los cimientos de la hegemonía mundial estadounidense y cambió para siempre el periodismo de investigación. Fueron cuatro las filtraciones que pusieron en primer plano a Wikileaks y llevaron a la implacable persecución judicial contra Julian Assange.
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5 de abril de 2010
Asunto: Collateral Murder, tiroteo a periodistas por soldados estadounidenses
Documentos filtrados: 1
Fecha de los documentos: 12 de julio de 2007
En este espectacular adelanto de lo que serían sus posteriores filtraciones, Wikileaks publicó en YouTube el video “Collateral Murder”, en el que se ve a militares estadounidenses disparar contra civiles iraquíes desarmados y un reportero de Reuters desde un helicóptero Apache. El video, que en casi tres años apenas cuenta 13 millones de vistas (pensemos en el famoso video del rapero coreano que logró en menos de un año 1,000 millones de vistas), desnudó la brutalidad de las prácticas militares estadounidenses tanto en lo general como en lo particular. En general, porque mostró la despreocupación con que los soldados estadounidenses asesinan a civiles, contando con la más absoluta impunidad. En particular, porque Reuters solicitó reiteradamente al gobierno estadounidense información sobre la muerte de su empleado y la respuesta siempre fue la misma terminante mentira: Namir Noor-Eldeen murió en el fuego cruzado entre soldados estadounidenses y terroristas iraquíes.
Hasta la fecha, tanto los soldados asesinos como los mandos que les ordenaron llevar a cabo la matanza continúan impunes.
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25 de julio de 2010
Asunto: Diarios de la Guerra de Afganistán
Documentos filtrados: 91,731
Fecha de los documentos: entre enero de 2004 y diciembre de 2009
Además de reportes mostrando la ineptitud y la arbitrariedad en muchos operativos militares, y las siempre negadas negociaciones de Estados Unidos con talibanes, la filtración reveló la ocultación deliberada de muertes civiles por los voceros militares estadounidenses. Se supo que en el periodo comprendido por los documentos filtrados, Estados Unidos había ocultado la muerte de 15,000 civiles afganos, sin contar con todas las muertes nunca registradas.
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22 de octubre de 2010
Asunto: Documentos de la Guerra de Irak
Documentos filtrados: 391,832
Fecha de los documentos: entre enero de 2004 y diciembre de 2009
Ésta ha sido la filtración de documentos militares más grande de la historia. También, la mayor filtración de documentos secretos de cualquier tipo. Los casi cuatrocientos mil documentos filtrados probaron finalmente lo que todos los opositores a la guerra de Afganistán venían clamando desde años atrás:
1) Los abusos –término eufemístico para denominar la tortura– llevados a cabo por soldados estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib no fueron obra de unas cuantas “manzanas podridas”, como siempre sostuvieron los dirigentes estadounidenses, sino prácticas sistemáticas ordenadas por los más altos mandos.
2) Desde antes de invadir Irak, Estados Unidos sabía que sencillamente no existían las armas de destrucción masiva que supuestamente poseía Saddam Hussein y ponían en peligro al mundo entero. Es decir, mintió deliberadamente a sus propios ciudadanos para llevar a cabo esta guerra.
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28 de noviembre de 2010
Asunto: Cablegate (Documentos del Departamento de Estado)
Documentos filtrados: 251.187
Fecha de los documentos: entre diciembre de 1966 y febrero de 2010
La mayor filtración de documentos diplomáticos en la historia. Consiste mayormente de comunicaciones diplomáticas clasificadas entre el Departamento de Estado y las sedes diplomáticas estadounidenses en todo el mundo. Se caracteriza también por la amplitud del periodo temporal que abarca.
La práctica totalidad de los políticos que gracias a Wikileaks conocieron la percepción que de ellos tiene el gobierno estadounidense prefirieron guardar silencio, achacar los comentarios negativos a “opiniones personales” de los informantes y continuar su relación, ahora inocultablemente abyecta, con la máxima potencia mundial. Sin embargo, es impensable que a nivel interno las revelaciones de Wikileaks no hayan hecho mella en la confianza de quienes Estados Unidos proclama como aliados en público pero denuesta en privado. ¿Qué tantos deslices y fisuras invisibles para los ciudadanos tuvieron lugar en la cúpula debido a Wikileaks?
Debido al volumen de la información contenida en estos cables y a su particular naturaleza –a diferencia de las tres filtraciones anteriores, no eran documentos de guerra sino comunicaciones diplomáticas que implicaban a países de todo el mundo–, Wikileaks decidió entregaros a cinco medios de prensa en distintos países, para que seleccionaran y publicaran la información más relevante a cada uno de ellos. Los medios seleccionados fueron The Guardian (Gran Bretaña), The New York Times (Estados Unidos), Le Monde (Francia), El País (España) y Der Spiegel (Alemania); a los que posteriormente se sumó el diario mexicano La Jornada, que desde entonces ha venido revisando y publicando los documentos relativos a nuestro país y a América Latina en un sitio especialmente dedicado a este fin.