Un equipo de científicos de la Universidad de Colorado en Denver (EE UU) ha hallado grandes raspones realizados por dinosaurios en piedra arenisca de hace 100 millones de años, similares a los que realizan las aves modernas y que son conocidas como ‘cerenominas de raspado’. Los machos hacen estas marcas para mostrar sus capacidades realizando una especie de ‘nidos’ para parejas potenciales.
“Este es el primer yacimiento con evidencias de apareamiento de los dinosaurios en los que se visualizan rituales, y la primera evidencia física de comportamiento de cortejo”, dice el paleontólogo Martin Lockley, autor principal del estudio, que añade: “Estas enormes marcas de rascaduras rellenan el hueco que faltaba en nuestra comprensión del comportamiento de los dinosaurios”. El estudio se publica en la revista Scientific Reports del grupo Nature.
Los científicos encontraron evidencias de más de 50 de estas raspaduras, algunas tan grandes como una bañera, en una zona de Colorado donde también se han confirmado huellas de dinosaurios carnívoros y herbívoros.
Los comportamientos de selección sexual son comunes en los mamíferos y las aves, pero hasta ahora los científicos solo podían especular sobre como sería durante el apareamiento de los dinosaurios. Suponían que podría ser similar a la de sus parientes modernos, los pájaros.
“Esta es una evidencia física de los juegos previos que son muy similares a los de las aves actuales, que utilizan la ceremonia del cortejo de rascado generalmente cerca de sus lugares de nidificación finales –señala el paleontólogo–. Así que la evidencia de raspadura fósil ofrece una pista de que los dinosaurios pudieron estar reunidos aquí hace millones de años para reproducirse y luego anidar cerca”.
Lockley y su equipo han sido capaces de eliminar las marcas de raspado de las losas gigantes de roca sin dañarlos. Para ello, crearon imágenes 3D de las raspaduras usando una técnica de capas fotográficas llamada fotogrametría. También hicieron copias en moldes de caucho y fibra de vidrio de los rasguños, que están siendo almacenados en el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver.
Los investigadores Martin Lockley (derecha) y Ken Cesta posan junto a los grandes rasguños de dinosaurio que descubrieron en el oeste de Colorado / Universidad de Colorado