Por: Valentina Pérez
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Organizaciones ambientalistas han alertado sobre el uso del comercio de especies en vía de extinción y sus partes –cuernos, aletas, grasa- como una vía de financiación de grupos al margen de la ley. El valor comercial de estos animales genera un mercado que atenta contra la biodiversidad y alienta la continuación de mafias.
Hasta el 14 de marzo estarán reunidos 177 países en La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro, Fauna Salvaje y Flora (CITES) con el fin de tratar temas medulares sobre la conservación y la reglamentación del comercio en especies sensibles.
Los principales temas a tratar serán: la prohibición del comercio de marfil en Tailandia, el país anfitrión, al ser el lugar de paso del tráfico de colmillos provenientes de África. Este país asiático es el segundo mayor mercado de este material en el mundo, después de China y las cifras de la caza ilegal en el 2011 dejaron una cifra récord de 25 mil elefantes asesinados.
También se buscara que se prohíba la caza del oso polar y se reglamente la captura de cinco especies de tiburón que son altamente cotizados por su aleta. CITES ha trabajado a lo largo de 40 años en los que hacatlogado más de 35 mil especies con el fin de regular su comercio para evitar su extinción.