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Noche de fiesta en los antros y bares de la Roma-Condesa, territorio de la Unión de Tepito; “está floja la venta, pero espero que levante porque debo entregar 20 mil pesos sí o sí”

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(30 de enero, 2020. Revolución TRESPUNTOCERO).- De jueves a sábado cientos de personas recorren las calles de la colonia Condesa y de la colonia Roma en busca de diversión, las opciones son variadas, así como también el rango de edades de los visitantes. A partir de las veinte horas, calles como Álvaro Obregón, en la Roma, o Tamaulipas, en la Condesa, comienza a poblarse.

Quizá, los días en donde hay mayor movimiento son el viernes y el sábado. Los restaurantes, los bares y los antros de ambas colonias son del agrado de la clase media capitalina y de algunos visitantes del Estado de México, quienes desde las primeras horas de la noche comienzan a ocupar restaurantes y bares para iniciar la fiesta.

Pese a que en la calle de Tamaulipas hay muchos lugares a dónde ir, un grupo de amigos provenientes del Estado de México decide ir a la no tan concurrida calle de Campeche, el lugar elegido es el Hookah Lounge. La música house, así como la variedad de gin tonic y cocktelería hacen de este sitio un verdadero atractivo.

A diferencia de otros antros y bares de la Condesa donde el concepto musical se basa en ritmos latinos y raggaeton, el Hookah Lounge prioriza la música electrónica. El DJ set que se escucha invita a bailar a los asistentes y provoca que los visitantes del Edomex ya piensen en la siguiente parada.

En lo que deciden cuál será el lugar al que irán, uno de los integrantes del grupo se dirige al baño, metros antes de que llegue a su destino un individuo lo observa detenidamente y sin más lo aborda, de forma amigable le ofrece “perico, tachas, mota, lo que tú quieras, sino lo tengo, te lo consigo”, el visitante sin hacer la plática sólo se limita a decir “no, muchas gracias”.

Conforme transcurre la noche, los amigos piden más rondas de tragos, los cuales tienen un costo promedio de 150 pesos por copa, la constante ingesta de gin hace recurrente la necesidad de regresar al baño, pese a que desde un principio el comensal externara que no deseaba comprar droga, el vendedor insiste en cada una de las visitas al sanitario.

El vendedor, quien viste pantalón azul oscuro, camisa gris, con tenis Adidas Stan Smith blancos, aborda a todo aquel que ingresa al baño de hombres ofertando la variedad de estupefacientes. En una de las paradas al sanitario, el comensal y el vendedor comienzan una charla en el interior de éste en donde el vendedor asevera que “está floja la venta, pero espero que levante porque debo entregar 20 mil pesos sí o sí”.

“¿Qué pasa si no cumples con tu cuota?”, pregunta el visitante, con cierto nerviosismo el chico que oferta la droga, quien no pasa de los 25 años, responde “no es opción, tengo que llegar a la meta”. De forma abrupta se interrumpe la charla porque alguien le pregunta por el precio del perico (cocaína).

En el Hookah tanto meseros, bartenders y personal de seguridad saben de la presencia de este chico, nadie le dice nada, así como tampoco cruzan palabra con él. El joven veinteañero no es el único que está vendiendo droga en la Roma-Condesa, los principales antros y bares de la zona tienen vendedores en el Wallace Whisky Bar, en la calle de Tamaulipas, lo mismo que en Pata Negra, bar emblemático de la Condesa.

Quienes trabajan en los centros nocturnos y restaurantes de la Condesa y en la Roma saben de la presencia de las personas que ofertan drogas, saben que los vendedores de cigarros y dulces callejeros, los cuidadores de automóviles y algunos trabajadores de estacionamientos son informantes, todos son los ojos y los oídos de quienes se encuentran vendiendo drogas en los centros nocturnos, todos de manera directa o indirecta trabajan para la Unión de Tepito, cártel que opera en toda la Ciudad de México.

La Unión de Tepito comenzó a operar en esta parte de la ciudad desde finales de la década anterior. El corredor Roma-Condesa es fundamental para quienes trafican drogas por la gran derrama económica que genera una noche de esparcimiento para quienes visitan esta zona de la CDMX. En promedio, alguien que acude a un antro o bar gasta aproximadamente 500 pesos entre bebidas o droga.

Luego de regresar a la mesa los amigos le informan al chico que uno de los DJ’s los acompañará en la segunda parte de la velada, ya hay plan. La siguiente parada es Departamento, antro que se ubica en la calle Álvaro Obregón en el número 154, en la Roma. En el trayecto el encargado de poner música en Hookah acepta que bebió en exceso y que necesita “perico” para sentirse mejor.

Pese a que el reloj indica que son más de la una de la mañana, el movimiento sobre Álvaro Obregón es concurrido, muchos de los que transitan van a Departamento, una vez ahí la fila es larga para poder entrar, el staff de seguridad le da la prioridad a un nutrido grupo de estadounidenses que desean continuar la fiesta, éstos notoriamente sobre pasan los treinta años, incluso, alguno de ellos están cerca de los 40.

El DJ y el grupo de amigos esperan impacientes, antes de poder ingresar, los cadeneros le dan prioridad aun grupo de koreanos que no tuvieron la necesidad de hacer fila, así como tampoco de aguardar, entre ellos hablan en su idioma, pero uno de éstos le comunica al encargado de la puerta que son 12 en perfecto español y sin más les da el acceso.

Tras varios minutos de espera el grupo de amigos por fin ingresa a Departamento, a diferencia del ambiente positivo y festivo que se percibía en Hookah a pesar del vendedor de droga, en el interior se siente cierta hostilidad, ¿la causa?, el grupo de koreanos, quienes aunque sólo llegaron para divertirse captaron las miradas de desaprobación de varios de los asistentes.

La atención que un cierto grupo de visitantes tenía sobre los asiáticos tiene que ver con que un sector poblacional de este segmento controla negocios y trafica mercancía en diversos puntos de la Zona Rosa, la colonia Juárez y la Cuauhtémoc, espacios que se disputa con la Unión. Pese a que no ocurrió nada el ambiente se sentía pesado.

Al igual que en Hookah, Wallace y Pata Negra, en Departamento hay vendedores de droga a las afueras del baño, sólo que aquí hay una mujer que oferta los estupefacientes a las visitantes. Los vendedores buscan que los extranjeros les compren, ahí se explica el porqué tienen prioridad de entrar al lugar que los connacionales.

El reloj indican 2:40 de la madrugada la noche de fiesta para los mexiquenses ha terminado, es momento de regresar a casa, en el trayecto de regreso alguien asegura que la Ciudad de México cambió al señalar que ya no es lo mismo que antes, enfatiza que el ambiente está muy pesado y que se respira incertidumbre en una noche que sólo debería ser de diversión.

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