Desde hace miles de años, los seres humanos han intentado describir y entender el lugar del universo en el que habitamos. Diversas culturas antiguas como los mayas, los toltecas, los egipcios, los griegos, mesopotámicos y romanos intentaron explicar la galaxia en la que el planeta Tierra existe.
Primero como mitos, posteriormente, con bases científicas, dentro de lo que la tecnología que cada periodo permitía.
Al día de hoy se sabe que la Vía Láctea es la galaxia en la que se encuentra el Sistema Solar. Forma parte de un conjunto de unas 40 galaxias llamado Grupo Local. Una de las galaxias más brillantes de las cercanas a nuestra Vía Láctea, es la galaxia de Andrómeda.
Se calcula que contiene más de 200 mil millones de estrellas y un diámetro medio de unos 100 mil años luz. (La velocidad de la luz es de 300.000 km/seg. Un año tiene 31.390.000 segundos)
Es una galaxia en espiral barrada, es decir, atravesada por una banda central de estrellas brillantes que la recorren de un lado a otro.
El nombre de Vía Láctea es muy antiguo y se remonta a la Antigua Grecia. Los pueblos antiguos otorgaron diferentes nombres a la estructura en forma de nube de nuestra galaxia, pero nuestra versión moderna deriva de los griegos. En específico del mito de que el infante Hércules fue llevado ante la diosa Hera, quien lo cuidó mientras estaba dormida.
Cuando se despertó y se apartó, su leche materna se derramó por los cielos, de ahí el nombre de Vía Láctea.