(2 de junio, 2014).- Desde hace décadas, el gobierno federal ha implementado estrategias mediante el despliegue de fuerzas federales con el fin de “exterminar” a los cárteles del narcotráfico u organizaciones criminales y, de ese modo, frenar el problema de las drogas, sin embargo, a decir de Norberto Emmerich, especialista en seguridad nacional, cuando los gobiernos entienden el problema de narcotráfico como uno de estupefacientes “están equivocados”, ya que éste “se ha convertido en un actor político” que pelea los territorios.
“Lo que tenemos no es un problema de seguridad, sino un problema político porque se disputa, conquista y controla territorios, ya que de otra manera (el narcotráfico) no podría vender, circular, transitar y comerciar droga”, precisó el doctor Emmerich.
Y agregó: “Hay una disputa política importante. El poder está en el territorio y, en ese sentido, el Estado ha dejado de pretender el control, lo ha ido dejando poco a poco y llega un punto donde es imposible recuperar ese control”.
De acuerdo con el doctor en ciencias políticas, el narco no ocupa grandes estados sino pequeños sitios, como por ejemplo los municipios, cuya violencia está más diparada en índices delincuenciales. Por ello, explica, “el crimen organizado es un problema federal donde los municipios no pueden hacer nada”.
Un ejemplo de los altos grados de narcoviolencia se ha manifestado en el Estado de México, cuyo gobernante es el priista Eruviel Ávila Villegas, donde Naucalpan, Ecatepec, Cuautitlán Izcalli, Chalco y Cuautitlán fueron de los municipios con mayor recrudecimiento a nivel nacional, según el informe La inseguridad en el Estado de México y el cerco criminal de la capital del país 2013, difundidopor el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, A.C.
Estos procesos de múltiples asesinatos que se relacionan con peleas entre células del hampa son denominados por el también profesor de la Universidad de Morón, Argentina, como “crímenes predatorios” que no se ejercen con el objetivo de “destruir sino de comunicar algo”, es decir, la imposición del poder para “lograr que el otro obedezca”.
Según el académico, las “etapas predatorias” en un determinado sitio se convierten en limpieza de otras organizaciones, donde las primeras en ser eliminadas son aquellas de índole civil, autónoma, no gubernamentales o barriales.
“Hay etapas predatorias caóticas y muy violentas que llegan a prolongarse como en varias ciudades de México donde se manifiesta el asentamiento de un cartel sobre otro, o de uno preexistente o una zona que quiere ser controlada”, señaló Emmerich en la conferencia magistral Indicadores y políticas públicas contra el crimen organizado a nivel municipal, llevada a cabo el pasado viernes en las instalaciones del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
Y acotó: “Lo que está en disputa es la conquista definitiva y monopólica de un territorio. Cuando está conquistado, se ejecutan cuatro características de control: territorial, monopólico, estable y coactivo”.
“Con esto defino al crimen organizado y no al Estado Nacional. ¿Qué quiere decir? Son las cuatro características del Estado Nacional. Por lo tanto, la disputa política no es en las cámaras de senadores, de diputados, ni en el Ejecutivo, ni en las concejalías. El poder está donde reside el territorio, no en otro lado. Aquel que controla el territorio es el poderoso y se supone que es el estado nacional, pero si tenemos organizaciones que tienen característcas similares a las del Estado, ahí hay un gran problema”, advirtió.
“¿Cuál tendría que ser la política pública en relación al narcotráfico ya que no son las drogas sino la ocupación del territorio?”. Y contesta: “Tendría que enfocarse en la recuperación del territorio porque no es un problema policial ni militar, y se recupera usándolo”.
“Esta política de reapropiación no es una política de seguridad, es una política de gobernabilidad, de reconstrucción del Estado. Un estado fuerte o reconstruido está entonces reapropiándose del estado, luego se podrán aplicar de seguridad para focos concretos, específicos. que ya no tienen tanto carácter invisble”.”Toda política enfocada con reaproipiación, uso y ocupación tendría que estar enfocada en políticas públicas de carácter municipal que incentiven el uso ciudadano de territorios desocupados”, dijo.
Desde el punto de vista de Emmerich, algunos puntos que deben llevarse a cabo en un municipio es la visibilidad fiscal, estar atentos a la compra de propiedades (como hangares, depósitos o bodegas), adquisición de propiedades no acordes con la economía del comprador, registro aéreo, atención en los hospitales (pues ahí es donde llegan lesionados por disputas entre células) y en las escuelas (donde se empiezan a condificar lenguajes cotidianos procedentes del crimen organizado o la cárcel).
Por otra parte, añadió que, el poder del narcotráfico reside en que otorga nuevos valores de identidad como la legalidad, legitimidad, pertenencia, lealtad e integración orgánica; así como respeto de la identidad familiar, vela por el bienestar en el presente, brinda protección, “da sentido a la geografía, es una organización seria, prestable e invisible”.
Y concluyó: “El narcotráfico es una actividad inteligente que sintetiza los problemas sociales y, por esa razón, es aceptado por la sociedad”.