Por el Doctor José Manuel Reyna Guerra
(07 de julio, 2014).- El lupus es 10 veces más común en mujeres que en hombres, la causa sigue siendo incierta, aunque hay muchas teorías posibles, entre las que destacan la hormonal y la genética
El sistema inmune es el encargado de protegernos contra virus, bacterias, parásitos y hongos, lo compone el sistema inmune innato (con el que nacemos) y el sistema inmune adaptativo, el cual se va desarrollando con el paso del tiempo.
El sistema inmune tiene tres enfermedades: cuando hiper-reacciona contra algo que usualmente no es dañino, ocasionando las alergias; cuando deja de funcionar alguna parte de éste, crea las llamadas inmunodeficiencias, y cuando desconoce alguna parte del cuerpo y lo ataca, produciendo las llamadas enfermedades autoinmunes.
El lupus es una enfermedad autoinmune contra el tejido conectivo. Afecta principalmente a los riñones, las articulaciones y la piel, así como al sistema nervioso y los pulmones. Suele tener una presentación muy insidiosa y requerir tiempo para que sea detectado y/o diagnosticado.
Suele ocurrir entre los 20 y 40 años, es más frecuente y grave en personas de raza negra y asiáticos.
Inicialmente los pacientes presentan cuadros generales y nada característicos, como fatiga, fiebre intermitente y sin una causa aparente, pérdida de peso, dolor en articulaciones, comezón o erupciones en la piel, caída de pelo, dolores abdominales y, en mujeres embarazadas, abortos recurrentes.
La Academia Americana de Reumatología, establece una serie de criterios para la sospecha y clasificación del lupus:
• Erupciones en la cara alrededor de las mejillas (‘‘alas de mariposa’’).
• Comezón o ardor asociado a la exposición solar (fotosensibilidad).
•Lesiones ovaladas y elevadas en piel (‘‘rash discoide’’ o ‘‘eflorescencias’’).
• Úlceras orales o en nariz, que generalmente no son dolorosas.
• Inflamación de las articulaciones o artritis.
• Inflamación del tejido que rodea pulmones (pleuritis) o corazón (pericarditis).
• Afectación renal, con proteínas o sangre vistas en un examen general de orina.
• Alteraciones neurológicas, como psicosis, convulsiones o derrames cerebrales.
• Anormalidades sanguíneas: anemia, baja de glóbulos blancos o leucopenias, y baja de plaquetas o trombocitopenia, al menos en 2 exámenes de sangre.
Se debe sospechar lupus en pacientes que tengan al menos cuatro de estas características.
El lupus no tiene cura. Es posible “dormirlo’’ o remitirlo con los tratamientos actuales, dependiendo de la afectación a los órganos y severidad. En algunos pacientes con afectaciones articulares se pueden dar antiinflamatorios no esteroideos o AINES. Se han usado medicamentos contra la malaria, como la hidroxicloroquina, que ha demostrado ser útil en enfermedades autoinmunes.
En aquellos con una mayor severidad, se pueden requerir altas dosis de esteroides y medicamentos inmunosupresores, enfocados a disminuir la actividad del sistema inmune.