En las últimas décadas ha aumentado la preocupación por el estado de conservación de los condrictios, un grupo de peces que juegan un papel fundamental en los ecosistemas marinos. Ahora, un nuevo análisis de su población en el Mediterráneo registra un total de 25 especies (9 tiburones, 15 rayas y una quimera) y aporta información sobre el impacto de la actividad pesquera en el medioambiente marino.
“En el Mediterráneo occidental el reto debe ser llegar a hacer compatible la sostenibilidad de la pesquería de arrastre de fondo con la recuperación y conservación de las quimeras, rayas y tiburones”, explica Sergio Ramírez, primer autor del estudio y estudiante de doctorado en Ecología Marina de la Universitat de les Illes Balears.
Los datos de este trabajo se obtuvieron durante la campaña de investigación MEDITS, realizada por el IEO en 2103 a lo largo de la costa peninsular mediterránea y las Islas Baleares, a bordo del buque oceanográfico Cornide de Saavedra.
Estas campañas se realizan anualmente desde 1994 y cubren gran parte de la costa septentrional del Mar Mediterráneo con el objetivo de evaluar los ecosistemas y recursos vivos explotados por la pesca de arrastre.
Los condictrios del Mediterráneo
Entre las 25 especies de condrictios (9 tiburones, 15 rayas y una quimera), 7 fueron comunes en toda el área prospectada, 9 se registraron únicamente en las Islas Baleares, 5 en el Mar de Alborán y solo una en la costa del nordeste de la Península Ibérica.
Las especies más abundantes fueron los tiburones de tamaño medianoScyliorhinus canicula (pintarroja), Galeus melastomus (bocanegra) yEtmopterus spinax y la raya de clavos Raja clavata,aunque las dos primeras representaron más del 85% de la abundancia y biomasa de todos los condrictios.
Se identificaron dos comunidades distintas, una de plataforma entre 40 y 250 metros de profundidad formada por rayas y tiburones, y otra de talud entre 300 y 800 metros de profundidad, formada por tiburones y quimeras.
Los valores más elevados de diversidad y abundancia de estas especies se detectan en la plataforma continental de las Islas Baleares y el talud del Mar de Alborán. Según los investigadores, estos resultados parecen estar relacionados con las características oceanográficas de estas áreas, principalmente el tipo de fondo, pero también con la menor presión de pesca de arrastre que se ejerce en estos estratos de profundidad.
Los condrictios, por sus características biológicas -tasas de reproducción bajas y crecimiento lento-, son muy sensibles a los impactos antrópicos, principalmente la pesca.
Por ello, conocer los patrones espaciales de diversidad, abundancia y su biología es fundamental, principalmente por lo que respecta a la identificación de áreas con alto valor para su conservación.