(29 de febrero, 2016).- El exgobernador de Sonora Guillermo Padrés y su esposa Iveth Dagnino serán llamados a compadecer por caso de tortura. Así lo ha dado a conocer Juan Antonio Ortega, abogado de Gisela Peraza Villa, ex empleada del panista y cuyo caso informó oportunamente Revolución TRESPUNTOCERO
Según información de Excelsior, el defensor de la víctima declaró: “Estuve hablando con el procurador de Sonora para que le pongan un punto final al retardos en el proceso, están analizando las fechas para llamar a declarar a exfuncionarios y él que no llegue que manden a la Policía Estatal Investigadora por ellos porque no podemos seguir esperando a que ellos nos quieran atender; necesitamos desahogar las diligencias porque no sólo vamos a citar a declarar a Guillermo Padrés sino también a Iveth Dagnino, ellos fueron el cerebro de todos los hechos y todos los elementos que recabamos al declarar a ex funcionarios servirán para que el ex gobernador y su esposa nos respondan”.
Además, que los exfuncionarios que faltan por declarar, son: el diputado federal panista, Agustín Rodríguez Torres; el exdirector de Ceresos en Sonora, Ricardo Órnelas Saavedra; Ernesto Fernández Portillo, exjefe de seguridad de la Casa de gobierno y actual director de Seguridad Pública Municipal en Nogales; y Víctor Bonilla Murrieta, exsubsecretario de Seguridad Pública en el estado.
En noviembre del año pasado, Gisela Peraza declaró a este medio que en 2011, luego de nueve años de trabajar para la familia Padrés, “Se me acusó de robo, dijeron que yo había tomado 3 millones de pesos de la casa de Gobierno y 400 mil pesos en joyas, hasta aquel cuarto llegaron elementos policiacos que me llevaron a la Policía Estatal investigadora, fueron cuatro días los que estuve ahí, incomunicada, sin derecho a llamar a mi familia, y lo que no faltaron fueron los golpes, padecí tortura física y psicológica”
Luego de los hechos, acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para interponer la queja CEDH/1/22/0529/2011 en donde denunció a policías investigadores por detención arbitraria, abuso de autoridad y tortura. Como parte de las pruebas Gisela Peraza presentó fotografías que mostraban las heridas y hematomas que había padecido en los pies, a fin de demostrar los malos tratos por parte de los elementos policiacos, quienes la agredieron con tablas mojadas.
De confirmarse su responsabilidad con dichas acusaciones, Padrés y sus cómplices podrían ser acreedores a más de 20 años de prisión.