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Ante espaldarazo de AMLO a Marina del Pilar, el PT vende caro su amor a Bonilla (en millones)

El presidente López Obrador asistirá por primera vez en su gobierno a un informe de labores de un mandatario de Morena y será en Tijuana con Marina del Pilar como protagonista.

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En contra de sus planes, diezmado, en su propio laberinto, el senador Jaime Bonilla Valdez se preparó desde hace meses para lo que en los hechos ya asume la mayoría: antes -siempre antes y nunca después- está la gobernadora Marina del Pilar en las prioridades del presidente López Obrador, antes de todos y de todo lo que se refiere a Baja California.

Sus aliados se miden con los dedos (dos diputados locales, Sergio Moctezuma y Marco Antonio Blásquez, y su antiguo gabinete: Vicenta Espinosa Martínez, Alonso Pérez Rico y Meli Espinoza). Pero Jaime Bonilla contó con dos cartas bajo la manga que no anticiparon en Morena hasta que les explotó cada una como un fastidioso Jack-in-the-Box.

La primera carta es una relación cordial aunque directa, vía Amador Rodríguez Lozano, con la virtual candidata presidencial de la 4T, Claudia Sheinbaum. En 2022, el extitular de la Secretaría de Gobierno de Bonilla Valdez se unió al gabinete de la entonces Jefa de Gobierno para encabezar la nueva Coordinación General de Relaciones Interinstitucionales de la CDMX.

Una relación cordial aunque directa, vía Amador Rodríguez Lozano, entre Bonilla y Claudia Sheinbaum.

Desde entonces, Marina del Pilar decidió apostar a la campaña presidencial de varios de sus compañeros de partido, incluyendo a Sheinbaum Pardo aunque bajo reserva. Pero sus operadores (el secretario Netzahualcóyotl Jauregui y la diputada Julieta Ramírez, por poner casos ejemplares) se fueron de bruces con la campaña del extitular de la Secretaría de Gobernación, el tabasqueño Adán Augusto López.

Ahora, presas de sus promesas y componendas, son el blanco favorito de la prensa que sólo busca un hilo para jalar del ovillo de la misma historia hasta dejar claro una y otra vez, remate tras remate, exclusiva tras exclusiva, que ambos funcionarios podrían ser procesados por causas como ejercicio indebido del servicio público, o delitos electorales como condicionar programas sociales a cambio del voto. ¡Vaya novedad!

La segunda carta del exgobernador tijuanense es la propiedad del Partido del Trabajo, franquicia BC. Algo que tampoco advirtieron en la cúpula morenista bajacaliforniana, donde ni Ismael Burgueño ni César Castro dimensionaron la marrullería de la fortuna y el trabajo político de Bonilla. Según presumen en el PT de BC, ahora suman 44 mil afiliados, cifra histórica para el partido, después de celebrar todos los fines de semana las célebres Jornada por la Paz en todos los municipios del estado, irónicamente esparciendo odio.

Bonilla con Beto Anaya y el diputado Armando Reyes, liderazgo histórico del PT en BC.
Bonilla con Beto Anaya y el diputado Armando Reyes, liderazgo histórico del PT en BC.

Pero Jaime Bonilla sabe que esto no es suficiente. Hasta hora nada de esto es suficiente. Ni su gran amistad con Beto Anaya, el Profe, dirigente nacional del PT (quien, por cierto, intercedió por él ante el subsecretario César Yáñez para que no lo expulsaran del partido, sin éxito), ni la luz verde para hacer y deshacer en la 4T de BC luego de que el petista Gerardo Fernández Noroña -enemigo jurado de Carlos Torres, esposo de la gobernadora- fue nombrado vocero oficial de Sheinbaum, son suficientes.

Basta con que -como nunca lo había hecho en su administración- AMLO elija a BC y a su gobernadora para asistir al Segundo Informe de Gobierno el próximo 12 de noviembre en Tijuana, tierra donde Bonilla se siente el gran cacique, para que el trabajo político del exgobernador desluzca o siga siendo insuficiente. Un espaldarazo envidiable para muchos; un espaldarazo para que alcaldes, diputados, regidores, militantes y simpatizantes obradoristas se organicen y reorganicen en torno al proyecto de Marina del Pilar.

Eso lo saben bien los líderes históricos del PT en el estado, quienes siguen esquilmando al también magante de los medios con más y más recursos, cuya bolsa parece infinita. Y, como informaron a Revolución 3.0 operadores petistas, la suma de las ayudas de Bonilla alcanza hasta ahora una docena de millones. Pero, ¿hasta cuándo? ¿Y acosta de qué?

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