(11 de marzo, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Los “martes de terror‟ en la casa blanca, consisten en la reunión de más de 100 miembros del aparato de seguridad nacional estadounidense, quienes por medio de una vídeo conferencia, estudian las biografías de presuntos terroristas, para después “recomendarle” al presidente Barack Obama quiénes deben ser los próximos blancos, eliminados por medio del asesinato selectivo. Acto definido por el periodista Jo Becker, como “el más extraño y macabro ritual burocrático, que parece extraído de una novela de Mario Puzo”.
Mientras las diapositivas pasan una a una, frente a Obama, cuyo contenido es una ficha que integra alias, biografías de los presuntos miembros de Al Qaeda o ISIS, ubicados en Estados Unidos o en cualquier otro punto del mundo, los integrantes del aparato de seguridad analiza y sugiere quienes deben ser los próximos blancos.
Dicho proceso podría no ser supervisado por Barack Obama, sin embargo es la CIA, quien insta al presidente a que tenga la última palabra, es así como, después de revisada la extensa lista que se le presenta, él es quien tiene la decisión final, y quien firma personalmente la condena a muerte de los “sospechosos”, independientemente de que se trate de ciudadanos norteamericanos o extranjeros, sin importar su ubicación, dentro o fuera de Estados Unidos.
Los “terroristas potenciales” o “peligros potenciales”, como son llamados por el gobierno de Estados Unidos, nunca han sido o fueron condenados por ningún tribunal, quedando exclusivamente, en manos de Obama el derecho de decidir sobre su vida o su muerte. y su decisión es inapelable y ni siquiera criticable.
Según el Times “el presidente Barack Obama dedica gran cantidad de tiempo supervisando el ranking de presuntos terroristas nominados para ser asesinados mediante el programa de drones, los cuales heredó de George W. Bush y que también ha mejorado y ha expandido de manera importante”.
Los llamados “martes del terror” implican que los asesinatos se han institucionalizado, y normalizado alrededor de la figura del presidente, al menos de éste. Es así como el premio Nobel de la Paz, decide el futuro de cualquier “nominado”, según el Times, “la organización de la muerte robótica” se ha convertido en la idea fija del gobierno, una especie de culto a la muerte en el Salón Oval.
Según el excontratista de la CIA LeftHande, “Obama ha aprobado y supervisado el crecimiento de un programa de asesinatos selectivos notablemente poderoso en Yemen, Somalia y Pakistán, el cual se planea poner en práctica a nivel mundial, donde él ‘considere existen terroristas’, invadiendo así territorios ajenos, sin que los gobiernos se enteren”. Y afirma “el presidente Obama también ha estado involucrado en el uso de un ‘método fraudulento’ de recuento de asesinatos de drones que minimiza las muertes de civiles, imposibilitando así a ONG’s internacionales y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a obtener datos certeros de los muertes”.
El periodista argentino Walter Goobar, comenta “los asesinatos selectivos se han multiplicado durante la segunda etapa del gobierno de Obama, confirmando su entusiasmo creciente por esta forma de combate al terrorismo, la más representativa del siglo XXI”.
El punto clave del asesinato selectivo se encuentra, según el investigador y escritor Tim Weiner, en los llamados “escuadrones de la muerte”, los cuales son entidades secretas que se conforman en grupos de personas que se mantienen en el anonimato, infiltrándose en los círculos a los que pertenece el objetivo, manejándose con un bajo perfil, al aparentar una vida normal, mientras consiguen información de la víctima, quien frecuentemente es un individuo de alto rango, cuyo nombre aparece en listas especiales de investigación, bajo el rubro de comandantes en activo o como agentes claros de movimientos terroristas o disidentes, estos últimos surgidos debido a las divergencias que mantienen con el gobierno, ya sean económicas, políticas o sociales.
El ex juez federal de la Corte del Distrito de Nueva York en Estados Unidos, Abraham Sofaer, argumenta que, “sea cual sea la manera en que se comente el acto de quitar la vida ‘selectivamente’, siempre será un ‘asesinato’, lo cual está prohibido en los Estados Unidos, ningún funcionario puede matar a la gente simplemente porque sus políticas son vistas como perjudiciales a sus intereses, aunque la justificación del gobierno siempre ha sido manejar dicha estrategia como ‘defensa’ propia, cayendo así fuera de la prohibición de asesinato común, pero no significa que esté en lo correcto”.
Edward S. Herman, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Pennsylvania, afirma que “uno de los principales rasgos más perdurables de la cultura estadounidense es la incapacidad o el rechazo a reconocer los crímenes de los Estados Unidos, por años los gobiernos de ese país han suprimido vidas humana, sin preguntarse por la moralidad o la legalidad de bombardear objetivos civiles para asesinar al líder de algún grupo que representa una supuesta amenaza, o bombardear algún determinado lugar bajo sospechas poco sólidas”.
Agregando “la guerra contra el terrorismo, no parece ser una solución, es imposible asesinar a todo aquél que parezca o tenga (de manera comprobada) relación con el terrorismo. Tampoco cambia en mucho ejecutar a los líderes, siempre existirá alguien más que tome el mando, y millones más con tendencias a unirse a este tipo de grupos o personas que presenten rasgos sospechosos de relación con el terrorismo”.
Según el informe Amnistía Internacional: El Estado de los derechos humanos en el mundo, da a conocer que “la CIA dio inicio a su proyecto de asesinatos selectivos, a partir de junio de 2004, durante la presidencia de George W. Bush, teniendo como primer escenario a Pakistán, lugar en donde, hasta la fecha, se han contabilizado más de 4500 muertes, en su mayoría de civiles, tan sólo por esta táctica”. Dicha práctica ha cobrado mayor relevancia durante el mandato de Barack Obama, quien ha ido perfeccionando la estrategia.
Según LeftHande “un punto importante ha sido la introducción de las listas de muerte, cuando algunos gobiernos se enteraron de ello se cuestionó a Estados Unidos, pero la respuesta ya estaba fabricada, el personal del Gobierno presentó una justificación que giró en torno a explicar que dicha alternativa mantenía menos complicaciones, que las que tendría una detención”.
Y agrega “se sabe que durante la administración de Barack Obama los asesinatos selectivos, que se han llevado a la práctica, se han justiciado argumentando que este tipo de acciones son imprescindibles, bajo la justificación de que han sido ejecutadas única y exclusivamente en legítima defensa, tal y como lo quisieron hacer creer con Osama Bin Laden”. Tim Weiner asegura “en Estados Unidos, quien se encarga de realizar los asesinatos selectivos es la CIA, ya que el hermetismo de sus actividades les proporciona mayor libertad para desempeñar dicha acción”.
Cindy Sheehan, fundadora de la organización Gold Star Families for Peace, piensa que Estados Unidos también “tiene un gobierno terrorista”. Y asegura “George W Bush inició y Obama continuó una guerra que ha provocado más muertes en el mundo, que las que Osama Bin Laden el 11 de septiembre.
“Aquel día fue trágico, murieron 3.000 de nuestros ciudadanos, nunca olvidaremos aquello, George Bush reaccionó inapropiadamente, y Obama aún peor, atacan tal como lo haría un terrorista por medio de actos terroristas, ahora, decenas de miles de civiles iraquíes inocentes han muerto, así como miles de afganos inocentes, y muchos más en todo el planeta. Estados Unidos tiene un gobierno es terrorista”.
A finales de abril de 2011 un equipo militar americano viajó a Pakistán, ingresó e invadió una casa, mató a tres hombres y una mujer, hirió a otra, en un operativo llamado Operación Gerónimo, que tenía como fin último el asesinato selectivo del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, perpetrado el 1 de mayo de aquel año.
Noam Chomsky, en su ensayo My Reaction to Osama bin Laden’s Death,dio a conocer su posicionamiento ante la muerte de Osama, afirmando, que era la operación fue un asesinato selectivo, que viola los derechos humanos, donde no hubo ni un intento para detener al objetivo desarmado. Asegurando que Estados Unidos había cometido un crimen tan similar y tan terrorista como los que se busca erradicar.
Y argumenta que “Estados Unidos reafirmó el terrorismo en su máxima expresión, desde el espionaje para dar con el paradero de Osama, la ejecución de un enemigo desarmado, a quien según los datos de la misma Casa Blanca, no se realizó ningún intento por aprehenderlo, cuando en una sociedad como la americana, que combate las prácticas terroristas y se presenta de lado de la justicia y las leyes, lo lógico es la aprehensión, seguido de un juicio justo y si se le agrega el que se haya aventado el cadáver al mar; sencillamente son componentes que se enmarcan en la venganza, y no en la justicia”.
“La nación asesina”, es como califica el escritor Douglas Noble a Estados Unidos, y argumenta “es sorprendente el reconocimiento oficial y la novedosa transparencia con que se ha hecho público que ese país dispone, desde hace más de medio siglo, de un programa de asesinatos selectivos que se ha extendido y ejercido sobre diversos puntos del planeta. La gestación del asesinatos selectivos a partir de una lista de muerte, donde se encuentran generalmente blancos terroristas, de cualquier parte del mundo, se debe reconocer y condenar, el hecho de que ningún gobierno ha dependido tan extensivamente del asesinato de individuos, para hacer avanzar los objetivos de seguridad de la nación, como el actual”.
La internacionalista Isabel Gómez Junco asegura “Estados Unidos visualiza la definición de Seguridad Nacional ante el mundo, como la condición que resulta del establecimiento y manutención de medidas de protección, que aseguren un Estado de inviolabilidad contra actos o influencias antagónicas, donde ellos son los únicos vulnerables a nivel mundial”.
Agregando “es así como cínicamente, personajes como el ex Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Harold Brown, afirma que su país tiene la misión de proteger su seguridad nacional y ser capaz de preservar la integridad física de la nación y de su territorio, de proteger su naturaleza, sus instituciones y su gobierno de los ataques provenientes del exterior, y de controlar sus fronteras, y nadie puede interponerse porque siendo los asesinos por antonomasia, eliminan a quien se revele”.
Gómez Junco afirma “aunque en 2008 al ganar la presidencia, Obama afirmó que no seguiría con la estrategia impuesta por George W. Bush, en la actualidad, ha implementado 2 tipos de método, sobre la misma estrategia el primero es el ‘personalizado’,cuando la identificación del supuesto terrorista está asegurada bajo cualquier ángulo de ubicación y rutina, el segundo es el ‘polémico’ e inhumano, porque al detectar grupos con características que, según ellos, los hacen probables terroristas, las muertes son por medio de aviones no tripulados. Por este tipo de actos, como ejemplo en Pakistán entre 1, 800 y 2,800 personas murieron, solamente en 2004, ya que al llegar a una comunidad, la muerte no es selectiva, eliminan a todo el que se encuentre ahí”.
El escritor Douglas Noble puntualiza “quienes se alarman por las revelaciones acerca de las listas de muerte, tendrían que conocer, desde una perspectiva histórica, cuántas personas nuestro país ha asesinado en el mundo, porque bajo el pretexto de ‘seguridad nacional’, Estados Unidos ha colaborado de manera indirecta con algunos países que se han considerado en riesgo por ataques terroristas, ya sea aportando estrategias o entrenamiento, además de armamento”.
“Difícil entender cómo en un país que se dice defensor de los derechos humanos, la ley no se aplica de forma justa. Como ejemplo quedará para la posteridad el caso de Osama bin Laden, aún con la hazaña que se logró con la muerte del principal líder de Al Qaeda, no eran muchos los que se sentían más seguros dentro de Estados Unidos, ni tampoco creían que algo fundamental hubiera cambiado, en cuanto a la seguridad nacional”, afirma Gómez Junco.
Y afirma “los asesinatos selectivos traen consigo, los llamados ‘daños colaterales’, los cuales a Obama nunca le han importado, éstos son propiciados debido a la manera en que la CIA opera la táctica, ya que cuando estos ataques no se realizan por medio de una emboscada, se utilizan los aviones no tripulados, apuntando hacia los blancos terroristas y cuando los tiene en la mira dispara cohetes de largo alcance, provocando la muerte del objetivo y de quienes se encuentren a su alrededor. Es así como Estados Unidos asesina en cualquier parte del mundo, como si todo lo largo y ancho del planeta fuera un campo de guerra, donde los derechos humanos no son relevantes”.
