Por: Natalia antezana
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Mediante el cierre de carreteras, indígenas del este de la provincia de Panamá se sumaron a las protestas de los habitantes de Viguí, para exigir la suspensión definitiva de obras de la hidroeléctrica privada Barro Blanco, en Chiriquí.
El presidente de la Coordinadora Ngöbe-Buglé de la región, Kevin Sánchez, explicó que estas acciones son una muestra de solidaridad con la vigilia permanente que se desarrolla en Viguí, a pesar de que se ha llevado a cabo represión por parte de la Policía.
Silvia Carrera, la cacique general de la Comarca Ngöbe Buglé, especificó que las manifestaciones que se realizaron fueron pacíficas y que la Policía reprimió con material antidisturbios a los indígenas y campesinos inconformes. De la misma manera, señaló que el proyecto afectaría a 36 mil personas de manera directa e indirecta, ya que “el pueblo no quiere vender ni regalar sus tierras”.
Fuentes campesinas aseveraron que hubo dos detenidos y varios heridos tras los enfrentamientos. Sin embargo, autoridades no han confirmado ni declarado nada al respecto.
La empresa Generadora del Istmo reafirmó que sólo se detendrán las obras cuando se esté trabajando la misión técnica que realice el peritaje independiente. En este sentido, Jorge Ricardo Fábrega, ministro de gobierno, explicó que el diálogo con la comunidad había finalizado y que únicamente está pendiente el peritaje. Así, también señaló que en los acuerdos no está el cese de las obras.
La construcción de dicha hidroeléctrica inició en el año 2011 y pertenece a la corporación privada GENISA (Generadora del Istmo, S.A.). Este proyecto afecta de manera directa a las comunidades de la región.
Al año pasado, murieron dos campesinos como resultado de los enfrentamientos con la Policía por las mismas causas, lo cual derivó en un diálogo entre autoridades y locatarios, con mediación de las Naciones Unidas.
