Por Érika Paz y Eridani Palestino
Fotos: Ana Fuentes y @gevieyra
(21 de noviembre, 2014).- Guerrero estuvo en la Ciudad de México, fue su gente, las madres y padres de familia y los compañeros de los 43 normalistas desaparecidos, la que encabezó cada una de las caravanas que arribaron al zócalo capitalino.
Desde las 18 horas los padres de los normalistas, así como líderes sindicales y de organizaciones populares de Guerrero dirigieron el mitin en la Plaza de la Constitución, para recibir a cada una de las caravanas: Norte, “Julio César Mondragón Fontes”, que partió de la Plaza de las Tres Culturas; Sur “Daniel Solís Gallardo proveniente del Monumento a la Revolución, y la Estatal de Guerrero “Julio César Ramírez Nava”, que salió del Ángel de la Independencia.
Cientos de personas llegaron directamente a la Plaza de la Constitución para protestar por las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales y las violaciones a los derechos humanos a manos de las policías municipales, estatales y federal, así como de las fuerzas armadas, Ejército y Marina.
La mayoría de los oradores en el mitin reiteró que será el narco quien ejecute pero los responsables son los gobernantes que han llevado al país a una situación insostenible, en la que de igual manera la pobreza, la falta de oportunidades para contar con un trabajo digno y la sistemática anulación del derecho a la educación ha obligado a miles de miles de hombres y mujeres a migrar y desplazarse de sus comunidades.
La exigencia “Fuera Peña” fue la que comandó cada uno de los discursos ofrecidos por la gente afectada directamente por el crimen organizado y los atropellos de las autoridades de los tres niveles de gobierno. Los padres de familia exigieron cuentas al gobierno de Enrique Peña Nieto, desvelaron su falta de respuesta ante este “crimen de Estado”.
Recordaron a cada uno de los jóvenes muertos, en particular a Julio César Mondragón, estudiante cruelmente torturado. “Nosotros vimos a nuestros hermanos caer, vimos cómo se llevaban a Julio César Mondragón Fontes, y cuando se lo llevaban vimos cómo le escupía en la cara a sus verdugos. Y nosotros haremos lo mismo con los responsables”, de esta tragedia, relataron normalistas sobrevivientes del ataque en Iguala, Guerrero.
Es por ello que pese a exigir la renuncia del titular de Ejecutivo Federal, advirtieron que de ser así, no solucionaría el caso, por lo que se torna necesario su enjuiciamiento, ahora que se encuentra en la mira de la opinión pública a nivel nacional y a nivel internacional.
“Este es un desfile que hará historia en México”, indicó uno de los familiares de los normalistas. A partir de este día, 20 de noviembre de 2014, al pueblo mexicano le corresponderá elevar la Revolución mexicana a su máxima celebración.
“Su desfilito lo tuvieron que cancelar”, agregó, toda vez que los festejos planeados por el gobierno federal fueron suspendidos a razón del arribo de las tres caravanas.
Por otro lado, también las niñas y los niños formaron su contingente, ellos se dieron cita en el Hemiciclo a Juárez, con crayolas, plumones y cartulinas, pintaron sus pancartas y avanzaron por Juárez hasta el Zócalo, fueron de los primeros en llegar al mitin.
La multitudinaria manifestación a penas fue contenida por la plancha del Zócalo, gente de todas las edades y sectores de la sociedad acudieron a la convocatoria de las madres y padres de los 43 jóvenes que a 55 días de los hechos, aún continúan desaparecidos.
Los últimos contingentes de la marcha arribaron hasta después de las 21 horas, por las calles 5 de Mayo y Tacuba, en tanto cientos de personas se retiraban por Madero, los altos edificios coloniales hacían eco a las consignas quienes llegaban y de quienes partían. Fue Eje Central y Avenida Juárez donde confluyeron en un solidario acompañamiento.
Si no pueden, que se vaya todo el gabinete
La situación se tornó cada vez más compleja, los padres de los normalistas reflejaban la valentía de un movimiento social unido donde su única petición es la aparición con vida de sus hijos, así como la rendición de cuentas que debe hacer el gobierno de Enrique Peña nieto, porque Ayotzinapa no es un hecho aislado.
La justicia es lo que hace falta, “somos tan dignos y valientes que estamos aquí para decirles que vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”, se escucha la voz de Felipe de la Cruz, padre y dirigente de este movimiento que seguirá en lucha cueste lo que cueste.
El Zócalo capitalino estaba repleto de voces donde los cientos y miles de ciudadanos que participaron gritaban: “No están solos”, y es cierto, la solidaridad se mostró una vez más en la cuarta jornada de protestas luego que los contingentes de estudiantes, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos independientes se unieran a la causa.
“El país está lleno de fosas y desaparecidos, motivo por el que la sociedad se manifiesta este jueves. Han mutilado la Constitución a su antojo para justificar sus actos”, recalcaron en donde por un momento voltearon para señalar a los más de 70 elementos de la policía que se encontraban a sus espaldas
Ante esto llamaron a realizar un paro cívico el próximo lunes 1 de diciembre como parte de las protestas. “Nos han engañado diciéndonos que están muertos, pero ellos están vivos en algún lugar. Lo único que se ha quemado es la conciencia del fatigado procurador”, demandaron mientras todos rechiflaban y gritaban: “asesinos” y “fue el Estado”
Gente llorando por diversos lados y sintiendo la impotencia, todos mencionaban que ya era suficiente de tanta “charlatería”, que debíamos sacar a Peña de Los Pinos, que Ayotzinapa no debe volver a repetirse en ningún otro lugar. “Es ahora o nunca” dice María y Ernesto González mientras mostraban una manta que decía “Que se vayan todos”
Alrededor de las 20:15 horas, el mitin terminó y los padres de normalistas abandonaron la plancha del Zócalo.