(14 de octubre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- A más de un año, la investigación en torno al crimen cometido en contra de Julio César Mondragón Fontes-normalista asesinado y desollado el pasado 27 de septiembre de 2014- no tiene avances concretos y por el contrario presenta inconsistencias desde la autopsia practicada al cuerpo del estudiante.
Además, a pesar de que el ataque contra Julio César Mondragón se dio en el mismo contexto de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, la investigación no fue atraída por la Procuraduría General de la República (PGR) y a la fecha se mantiene el expediente en el ámbito local.
Una de las demandas principales de los familiares es que el caso de Julio César Mondragón se pretende invisibilizar y como en otras situaciones apostar al olvido y dejar intocable la resolución que se ha dado hasta el momento: el normalista fue desollado por la “fauna nociva” del lugar.
Con la intención de mantener presente el caso de esta normalista víctima de los ataques del pasado 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, este martes, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) del Zócalo, fue presentado el libro que recupera y mantiene presente este crimen perpetrado.
El texto, homónimo del normalista, es autoría de Jorge Belarmino Fernández, en donde se contemplan contribuciones de periodistas que han dado seguimiento al hecho, así como profesionales forenses que han dado cuenta de las fallas en la autopsia practicada al cuerpo del estudiante.
Belarmino Fernández platicó con Revolución TRESPUNTOCERO sobre esta obra, realizada gracias a la Brigada Para Leer en Libertad. Al cuestionarle sobre los motivos que llevaron a la elaboración de este libro afirmó que obedece, en primera instancia, a la invisibilización del caso por parte de las autoridades, así como los intentos por manchar la imagen del estudiante de la normal de Ayotzinapa.
“Lo primero es que el caso estaba invisibilizado porque no fue de los casos que atrajo la PGR. La PGR sólo atrajo el caso de los 43, entonces el caso de Julio César y de sus dos compañeros muertos quedaron en el fuero común. Por otro lado, se encuentra esto que han venido haciendo últimamente, que empezaron a correr el rumor de que Julio César podría ser, o líder de uno de los grupos del crimen organizado, o del Cisen. Ese rumor lo corrió el Estado, así como ahora está corriendo que alguno de los desaparecidos eran miembros de inteligencia del Ejército”, señaló.
El historiador aseguró que la desaparición de los 43 normalistas y el crimen contra Julio César Mondragón cierran el mensaje que quiso dar el gobierno: “’desaparecimos a 43 y lo que les pudimos haber hecho es esto que le hicimos a Julio César’”.
“En este momento el caso de Julio es uno que llama la atención a nivel nacional e internacional, del cual se han pronunciado grupos de expertos, y creo que va a ser el caso más emblemático, y el caso que conduzca, más directamente, a los posibles responsables del ataque”, apuntó.
Belarmino abundó sobre la tesis que algunos académicos han planteado, en donde se asegura que la difusión de la imagen del cuerpo desollado de Julio César Mondragón fue un mensaje intencional que buscó generar terror en la ciudadanía.
“Yo soy muy cuidadoso. No digo ninguna palabra que no tenga ningún sustento. El médico forense que se encargó de revisar la autopsia, reviso los casos de desollamiento en México y no encontró uno parecido. Él ve muy posibles que hay un retiro completo del rostro, cosa que no hay en ningún otro caso. Además afirma que para la realización del crimen hubo instrumental quirúrgico, por la manera del corte. Además que la tortura se hizo en vida y murió por la tortura (…) Creo que el Estado no es ingenuo, nos engaña para que después descubramos la verdad y la verdad es que su mensaje fue: ‘miren, no les vamos a decir quién fue, pero lo desollamos en vida, véanlo’”, apuntó.
Por otro lado, aseguró que luego del ataque a los normalistas hace más de un año, el mensaje final del Estado fue: “somos universalmente impunes, vayan a donde vayan, a las cortes que vayan, les vamos a vender una mentira pasmosa”.
Aunado a lo anterior, agregó: “luego del ataque, el Estado no le bajo a la represión, se han aventado cuatro casos por lo menos en donde descaradamente fuerzas federales actúan (…) lo que creo es que lo que tenemos aquí es un monstruo de niveles alarmantes que no encuentro en otras etapas de México, si acaso en momentos del Porfiriato como el exterminio a los Yaquis, pero no encuentro nada parecido a esta cosa (…) es el mayor monstruo que hayamos visto.
“Este monstruo se va a mantener en la impunidad, pero ¿Quién puede presionar? Pues los organismos internacionales, y la comunidad internacional. ¿Qué es lo que pude pasar? Que la presión, más la caída brutal de la economía, de la credibilidad, todo eso haga que la impunidad termine por esa vía, no por la vía que la reconozcan, sino por la vía que renuncie Peña Nieto o pierda las elecciones en 2018”, manifestó.
Sólo exigimos justicia
Cuauhtémoc y Cuitláhuac Mondragón, tíos directos de Julio César, participaron en la presentación del libro, que se realizó en el Foro Eduardo Galeano de la Fil del Zócalo.
Durante su intervención, Cuitláhuac Mondragón reiteró que la única exigencia de los familiares del normalista es justicia en el caso. Recordó que a la fecha lejos de existir avances para esclarecer el crimen, se han emprendido campañas para incriminar a Julio César y decir que “andaba en malos pasos”. Subrayó que el proceso que ha tenido que atravesar la familia ha sido arduo. Reprochó que a pesar que en la teoría un crimen como el de Julio César debería dársele puntual seguimiento, se ha tratado de criminalizar antes de investigar.
Cuitláhuac Mondragón reiteró que a la fecha han perdido la confianza en las instituciones, por lo que se vuelve necesario acudir a las instancias internacionales.
“En algunos foros hay quienes dicen que no hay necesidad que vengan instancias internacionales. Si pedimos ayuda a las instancias internacionales es porque no tenemos confianza en nuestras autoridades, y por qué no tenemos confianza, porque la confianza se gana, no se exige.
“Muchos compañeros me cuestionan hasta con fastidio que es lo que pretendemos, ‘qué es lo que quieren, nos dicen’: justicia (…) Nos han dicho que si como familia no tenemos miedo de enfrentar al Estado. Todos tenemos temores, pero tenemos que romper con ese miedo, porque en el caso de nosotros ya no tenemos nada que perder. Con la ejecución de Julio César no se llevaron sólo a Julio, no sólo le arrancaron el rostro a él, nos asesinaron a toda la familia y no tenemos miedo, ni nada que perder”, señaló.
Los familiares de Julio César Mondragón reiteraron la exigencia y necesidad de que se exhume el cuerpo del normalista y someterlo a nuevas autopsias que permitan dilucidar qué fue lo que sucedió.