(17 de julio, 2016).- La Arquidiócesis de México, a través del semanario “Desde la fe”, criticó los nulos resultados tras la aprobación de las llamadas “reformas estructurales” en materia energética, educativa y social y advirtió que las promesas de sacar adelante al país –argumento por el que se formó el Pacto por México- no se han cumplido pues “en México se acentúan profundas brechas de desigualdad e injusticia”.
Señalaron que las reformas se están “haciendo agua” y acusó al gobierno de Peña Nieto de usar las mayorías parlamentarias y los acuerdos tácitos con la oposición para lograr reformas que motivaron discursos triunfalistas con promesas como bajas en los precios, mejoramiento del salario y promesas de desarrollo para acabar con la violencia sin que haya avances reales.
“Sin embargo, la realidad es distinta y apabullante. Grandilocuentes justificaciones que hacen a México ‘un lugar atractivo para invertir’, contrastan con el crecimiento de la pobreza entre 2012 y 2014, al pasar de 53.3 millones de personas a 55.3 millones”, se puede leer en el editorial del semanario.
La Arquidiócesis criticó el alza en los combustibles y tarifas eléctricas –lo cual, dijo, pone en duda la viabilidad de la reforma energética- y advirtió que este año será muy complicado para los mexicanos.
Sobre la reforma educativa, señaló que lo único que ha generado es inestabilidad social; de los recortes presupuestales anunciados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), encabezada por Luis Videgaray, dijo que afectarán la aplicación de programas sociales destinados a las personas más necesitadas mientras que el derroche de partidos y funcionarios públicos “raya en la obscenidad”.
“El Presupuesto de Egresos para el año 2017 ya no debería amparar lujos irresponsables y salarios indecentes de burócratas que le han fallado al pueblo de México. No se puede seguir sosteniendo a partidos políticos que disfrutan del gasto público millonario”, dice el texto.
Respecto al Poder Judicial, la Iglesia Católica señaló: “no es justo conceder prestaciones y compensaciones multimillonarias a once ministros del Poder Judicial apoltronados y envueltos en carísimas togas de seda de más de medio millón de pesos, que encubren su pragmatismo y favoritismo por ideologías que dinamitan instituciones del Derecho”.