(18 de junio, 2014).- Fue el encargado de provocar que el ruso Igor Akinfeev cometiera el error de su vida, y no pudiera atajar bien el balón que puso adelante a Corea del Sur frente a su similar de Rusia, en el estadio Arena Pantanal, en Cuiabá.
Sin embargo, posterior a su eufórico estreno como goleador en copas del mundo, el surcoreano Lee Keun-Ho, quien ingresó en el segundo tiempo, regresó a su posición en el campo y realizó un gesto que pasó desapercibido por casi todo mundo.
Apenas en 2012, fue elegido junto a Shinki Kagawa, jugador del Manchester United como el mejor jugador de Asia, luego de que alzara el trofeo de la Liga de Campeones continental con su club el Ulsan Hyundai, aunque un año después, se enteró que debía cumplir con el servicio militar, lo que implicaba dejar dos años el futbol.
Es por ello que a sus 29 años de edad, Keun-Ho tuvo que participar con el Sangju Sangmu de la segunda división de Corea del Sur, liga destinada únicamente a jugadores nacionales y aquellos que deben cumplir su servicio militar, desde donde tuvo que trasladarse a la máxima fiesta del futbol.
Así, después de que junto a otros futbolistas realizaba ejercicios castrenses al tiempo que seguía jugando futbol, el asiático protagonizó el martes uno de los episodios más extraños del balompié, pues tras estar en campos alejados de los reflectores el martes pasado se puso en la mira de todo el mundo.
Las instrucciones de su entrenador Myung-Bo fueron claras, al decirle que en el segundo tiempo los rusos estarían cansados y debería de estar preparado para actuar de manera agresiva, indicaciones que siguió como todo un soldado, por ello al final de la acción elevó su mano al filo de la frente y realizó el tradicional saludo militar.
Foto: ESPN
