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Descontento opositor, por esfuerzos contra la corrupción y nuevo modelo económico; “intereses de algunos militares podrían estar en función de lo que diga EU, se debe abrir debate ante posible golpismo”

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(08 de noviembre, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- Los golpes de Estado en México no son parte de la tradición política y militar de la historia del país después del cardenismo y el modelo presidencialista, previo a éste se recuerda la acción golpista que tuvo Victoriano Huerta, quien gobernó el país de 1913 a 1914, promotor de la denominada decena trágica cuando se asesinó al ex presidente Francisco I. Madero y a su vicepresidente José María Pino Suárez.

Luego de que culminó el periodo de la Revolución, en el país no se ha registrado un episodio similar, por el contrario, en la nación, ni las fuerzas castrenses ni la oposición han mostrado una postura de deslealtad a quien detenta el Poder Ejecutivo federal a diferencia de algunas naciones latinoamericanas que han sufrido múltiples golpes de Estado.

A más de un año de que los gobiernos de derecha perdieron el poder en México, se ha especulado si desde la nueva oposición existen elementos desestabilizadores a partir de los dichos y modos de los diferentes opositores al gobierno de Andrés Manuel López Obrador al promover un posible golpe de Estado.

Con base en la tradición latinoamericana y global, los golpes de Estado tienen su origen en las élites económicas y las militares con el aval de los países políticamente hegemónicos de la región. Es así que naciones como Chile, Argentina, Brasil, entre otras, han tenido gobiernos que son producto de un golpe de Estado por parte de la milicia y las élites económicas.

A diferencia de las experiencias golpistas latinoamericanas, en México no se ha impuesto un gobierno por la vía bélica, sin embargo desde que dio inicio el primer mandato federal que no proviene de las filas del PAN y del PRI se ha construido una narrativa de beligerancia discursiva por parte de algunas expresiones del poder económico y ex militares ante el plan de gobierno del Ejecutivo federal.

Hace unos días en la opinión pública se comenzó a hablar de un posible intento de golpe de Estado o movimiento desestabilizador desde las fuerzas castrenses, luego de que de el general Carlos Demetrio Gaytán Ochoa afirmara que en México “la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda”. Además, Gaytán Ochoa en público externaba que el actual gobierno no tiene respeto por las Fuerzas Armadas.

Fernando Buen Abad, doctor en filosofía, en entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO expone que el descontento de algunas expresiones opositoras tiene que ver con el cambio de paradigma político que vive el país, “al enfocar los esfuerzos del gobierno a no permitir más corrupción y pensar un modelo económico diferente”, para el también miembro de la Asociación Mundial de Estudios Semióticos, esto explica los dichos del general Gaytán Ochoa, quien ha sido cercano a las derechas mexicanas.

GOLPISMO Y ECONOMÍA

Buen Abad plantea que todo golpe de Estado y una eventual dictadura, como la que vivieron en su momento diversos países en el Cono Sur, tienen que ver con razones “económicas, ningún golpe de Estado se da por razones ideológicas, intelectuales, por lo que los golpes de Estado tienen la convicción pragmática de tener el control del comercio por otros medios”.

Bajo esta lógica, el especialista considera que el golpe de Estado tiene como meta “quitar de tajo a los pueblos los últimos reductos de influencia de la administración de la economía para imponerles formas esclavizantes y humillantes, lo hemos visto en Chile donde fue el laboratorio de la escuela neoliberal a costa de asesinar al presidente Salvador Allende e imponer un modelo de depredación a partir de la milicia que asumieron el control del Estado”.

Con base en lo expuesto por el especialista en México el sector que ha mostrado un mayor descontento con la primera administración de Morena son las élites empresariales por el control político-económico que les permitieron las administraciones emanadas del PAN y del PRI, quienes desde las cámaras empresariales han alzado la voz contra el Presidente de la República.

Es así que el presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) por medio de su líder Gustavo de Hoyos Walther, así como el empresario Claudio X. González han jugado un papel opositor importante ante la joven administración, quienes no sólo se han limitado a lanzar críticas contra la política económica de la 4T, sino que también, en el caso de González, han amagado con no invertir en el país.

Por lo anterior, Cristobal Arias, presidente de la Comisión de Gobernación del Senado de la República, se le preguntó para Revolución TRESPUNTOCERO, cuál es su opinión sobre las posturas empresariales en voz del presidente de la Coparmex, el cual en los sexenios anteriores defendió las políticas económicas de los jefes del Ejecutivo federal de Acción Nacional y del Revolucionario Institucional.

“La Coparmex en una agrupación privado-empresarial plural que tiene la libertad de profesar diferentes ideologías políticas, religiosas, es apartidistas, creo que su dirigente está asumiendo una actitud que rebasa sus facultades que en todo momento trata de confrontar al gobierno y al Presidente de la República, quien no ha caído en esa provocación”.

Arias plantea que los dichos del dirigente empresarial tienen un eco mediático importante porque es la “muestra de que existe un respeto a la libertad de expresión por parte del gobierno,” por lo anterior, el senador michoacano expone que “es preferible que haya libertad de expresión a que se reprima, pero creo que sí debe existir una moderación a los estatutos de la Coparmex y a su propio dirigente”.

Sin externar el nombre de Gustavo de Hoyos Walther, Cristobal Arias no duda en manifestar que éste promueve con sus actitudes polarización, pero también “confusión y un ambiente de rechazo y hasta de desestabilización del régimen político que acaba de iniciar”.

FACTOR GEOPOLÍTICO Y TRADICIÓN POLÍTICA

Al margen de los factores internos que se están tejiendo en el país sobre la actual administración lopezobradorista, el doctor en historia Salvador Ávila no ve en lo inmediato un peligro del golpe de Estado en México, en especial porque la zona geográfica en la que está el país por medio de un fenómeno de esa naturaleza podría en jaque a Estados Unidos, pues un conflicto interno en México mandaría un mensaje al orbe de que el norte del continente Americano está en llamas.

Ávila asevera que ante los ojos de Estados Unidos, México es fundamental, pues a diferencia de los países sudamericanos, nuestra nación podría representar un gran problema político o económico en un eventual conflicto, ya que en caso de que algo ocurra el país “puede ser un Vietnam, creo que esta relación amor odio que tenemos con EU es un factor para que este tipo de riesgos no ocurran”.

El también profesor de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García recuerda que desde que se instauró el régimen presidencialista en el país “no hay un Presidente que no haya terminado su sexenio, pienso que antes sí pudo haber un golpe de Estado y no ahora, a pesar e todo creo que la gente está más consciente de este desgarramiento económico-social que padece el país”.

Salvador Ávila propone que ante las adversidades económicas y políticas que ha enfrentado México a lo largo de su historia, “el pueblo tiene una capacidad de reinventarse, quizá por el proceso colonizador que se vivió e el pasado”, pese a ello considera que el país vive una realidad diferente por la narrativa que se está dando en la realidad.

Tanto Ávila y Buen Abad coinciden en que históricamente no hay elementos que hagan pensar en la posibilidad de que se dé un golpe de Estado, proponen que la sociedad civil debe estar atenta a lo que ocurra en la coyuntura política-económica del país, pues con base en el filósofo el que se aborde el tema y se hable de forma pública es un síntoma de que está en el radar.

“Hay que tomar en cuenta el valor simbólico que significa el que los militares estén opinando y confrontando, ya que estos personajes cruzaron la línea de la mesura, sería crucial que se creara un espacio institucional el cual se abra el debate nacional y que delimite el rol del Ejército en su opinión en su conducta cívica, para que todos hablen del Estado de forma responsable”.

Por lo anterior, para Fernando Buen Abad es fundamental que las instancias del Estado y “el pueblo ejerza su crítica y sepa poner en su lugar a cada uno de estos militares, pues éstos están invocando a un orden, al considerar que en el actual gobierno hay violencia y un caos institucional, como si en los pasados sexenios no lo hubiera ocurrido”.

Es así que para el intelectual, se debe profundizar al orden del que hablan “si el orden dictatorial de un grupúsculo que decide que el orden son ellos, o el orden son sus intereses económicos, los cuales pueden estar en función de lo que diga Estados Unidos, por eso es fundamental abrir el debate para tener en claro el contenido de las ideas y también el de los métodos”.

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