Por: Valentina Pérez Botero
Twitter: @vpbotero3_0
La oruga de la mariposa monarca tiene los colores del peligro: negro, amarillo y blanco. Es precisamente esa condición la que los ecologistas quieren resaltar el peligro en la disminución de las colonias de hibernación, calculada en 59 por ciento, en la reserva de Michoacán, México.
Las cifras son las más bajas en dos décadas y la organización ambientalista WWF y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) de México encuentran la causa de la reducción en el abuso de pesticidas y herbicidas en Estados Unidos y Canadá.
Los pesticidas atentan contra toda la cadena reproductiva: mariposas adultas, huevos, larvas y orugas; mientras los herbicidas lentamente terminan con el algodoncillo, alimento de las mariposas, por ser presuntamente contraindicado para el ganado y los cultivos de soya y algodón –se redujo en 58 por ciento su disponibilidad–.
Otro aspecto que ha atentado contra la población de mariposa es el : más de 35 grados centígrados son letales para las larvas de la mariposa y reduce la fertilidad de los adultos.
La conservación de la mariposa Monarca, por ser una especie migrante, se comparte entre Canadá, Estados Unidos y México; este último país creó, desde 2008, la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca en Michoacán, que fue declarada Patrimonio de la Biósfera por la UNESCO. Esta iniciativa ha provocado que las autoridades mexicanas culpen a sus vecinos del norte de no tener intenciones claras en la conservación de esta especie.