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El costo de ser Mireles y no pactar con el ‘virrey’ Castillo

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(12 de mayo, 2014).-El pasado viernes, Alfredo ‘El Virrey’ Castillo, comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, dio a conocer que había un proceso de investigación sobre José Manuel Mireles por el supuesto asesinato de cinco personas, asegurando que contaba con fotografías del ex vocero de las autodefensas “sosteniendo una cabeza como trofeo de uno de estos muertos.”

Sobre estos señalamientos, en entrevista para Noticias MVS, Mireles sostuvo que fue el propio Ministerio Público (MP) de Lázaro Cárdenas, Michoacán, quien le pidió bajar uno de los cadáveres y posteriormente para poder tomarle una fotografía a la persona ejecutada, le  solicitó tomar la cabeza del fallecido.

“Ya se encontraba ahí el Ministerio Público Federal y personal del Servicio Médico Forense. A solicitud del Ministerio Público, los acompañe a recoger el cuerpo que se encontraba en el cerrito. Este cadáver ya presentaba la pierna derecha levantada con ‘rictus mortis’, lo que evidencia que llevaba varias horas muerto. Se le tomaron varias fotos al cuerpo y el Ministerio Público me solicitó que ayudara a sentar el cadáver para que la doctora forense tomara algunas fotos”, también explicó Mireles en una carta enviada al diario Reforma.

A su vez aseveró que existe una campaña para volver una mentira en una verdad, pero que cuenta con un acta asamblearia de un pueblo al que acudió durante el choque entre autodefensas e integrantes de ‘Los Caballeros Templarios’, para comprobar que él no se encontraba en el lugar cuando sucedieron los asesinatos que le intentan imputar.

Por su parte, el historiador Lorenzo Meyer explicó que el caso de Mireles devela la necesidad del gobierno de deshacerse de las autodefensas, debido a que  no puede tolerar movimientos independientes y mucho menos armados.

Aseguró que la estrategia que se usó para dividir a las autodefensas recuerda una “vieja práctica”, sobre todo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de dividir, cooptar y controlar, más que resolver un problema.

Para el investigador del Colegio de México, es muy claro que si una comunidad toma las armas para sobrevivir y mantener un mínimo de seguridad, al realizar esta acción supondría el uso o la posibilidad de uso de las armas.

Por ello, aseguró que cuando se dice que hay un muerto y se habla de asesinato, el problema se suscita  al responder en qué medida es un asesinato, pues en términos jurídicos todos los muertos que se le puedan atribuir a las autodefensas serían asesinatos, porque no son una fuerza de seguridad formal y establecida:

“Con respecto a los asesinatos, en qué sentido se puede distinguir cuando las autodefensas choquen con sus opositores si es o no es un asesinato. En principio todos tienen que ser responsables y acusables. En cualquier caso, en la situación tan anómala se puede usar cualquier defunción como asesinato, y si se quiere acusar también se podía acusar a ‘Papá Pitufo’ y a quien sea, nadie se puede librar, acusarlos o no acusarlos es una decisión política.”

Por último, Meyer precisó que en el momento que las comunidades se levantaron en armas para defenderse, en ese momento se definió la figura de defensa propia y su consecuencia “el choque”, parte intrínseca de la peculiarísima situación que se vive en Michoacán, donde hay un “caldo enrarecido” en el movimiento de las autodefensas, que el sábado se transformaron en la Fuerza Rural del estado.

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