(17 de junio, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más graves, extendida, arraigada y tolerada en el mundo.
A lo largo de sus vidas, las mujeres y las niñas sufren diversos tipos de violencia en todos los ámbitos: en el hogar, en el espacio público, en la escuela, en el trabajo, en el ciberespacio, en la comunidad, en la política y en las instituciones. Esta violencia es tanto causa como consecuencia de la desigualdad y de la discriminación de género, ha reiterado la ONU.
Considerando lo anterior, ONU Mujeres en conjunto con instituciones como la Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios de la Cámara de Diputados, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y la Secretaría de Gobernación (SEGOB), la cual preside el Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, han desarrollado una serie de estudios sobre la violencia feminicida en México.
En su última edición, en 2017, se hizo un análisis de la serie histórica de las defunciones con presunción de homicidio de 1985 a 2016, así como de otras expresiones de la violencia feminicida y se abordaron las diferencias por edad. Así, el estudio mostró datos preocupantes respecto a las características de la violencia que se ejerce en contra de las niñas y las adolescentes.
La Dirección General de Información en Salud (DGIS) desarrolló el Subsistema Automatizado de Lesiones y Causas de violencia atendidas por la Secretaría de Salud con la finalidad de generar información sobre la atención por lesiones y violencia, brindada por las unidades médicas, que permita evaluar la situación de la salud y la demanda de atención por causas externas a la luz de lo establecido en la Norma Oficial Mexicana NOM- 046-SSA2-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres. Criterios para la prevención y atención.
El tipo de violencia con el mayor número de atenciones en los niños y adolescentes es la física: 23,926 entre 2010 y 2015, mientras que para las niñas y las adolescentes es el segundo más alto: 15 mil 280 atenciones en el mismo periodo.
El tipo de violencia con el mayor número de casos en niñas y adolescentes es la violencia psicológica con 19,586 atenciones, mientras que para los varones esta forma de violencia está en segundo lugar con 3,892, seguida por violencia sexual con 1,064 en varones y 8,821 en las niñas y adolescentes.
Los tipos de violencia con el menor registro son el abandono y/o negligencia (764 atenciones de niños y adolescentes y 1,413 de niñas) y la violencia económica y patrimonial (161 casos de niños y 845 de niñas y adolescentes).
Respecto a la violencia psicológica, se identifica que también las niñas y las adolescentes representan la mayoría de la población menor de 18 años atendida por este tipo de violencia.
Las entidades federativas que según los datos ostentan los mayores porcentajes de atención de niñas y adolescentes por violencia psicológica son Campeche (100), Guerrero (97.8), Coahuila (97.5) y Zacatecas (97.1), y las entidades con los porcentajes más bajos son Chihuahua (70.6), Ciudad de México (70.4), Oaxaca (69.3) e Hidalgo (60.8).
El análisis de las Defunciones femeninas con presunción de homicidio (DFPH) de menores de 18 años entre 1990 y 2016 muestra que en el país la tasa de DFPH por 100 mil niñas y adolescentes ha fluctuado entre 1 y 1.9 a lo largo del periodo. En 2007 se registró la tasa más baja del periodo, con valor de uno, y en 2012 alcanzó su nivel máximo: 1.9.
En esos cinco años del periodo, se transita del mínimo al máximo nivel de la tasa por cada 100 mil niñas y adolescentes. De manera similar, en los últimos cuatro años del periodo la tasa disminuye de nuevo, aunque solo baja a 1.4 en 2015 y se mantiene en el mismo nivel en 2016; sin embargo, en 2017 repunta y alcanza el nivel de 2011, la segunda tasa más alta del periodo: 1.7.
En las DFPH de niñas, niños y adolescentes, se esperaría que se efectuaran necropsias por médicos legistas en la totalidad de los casos, ya que el Estado debe adoptar todas las medidas apropiadas para proteger a las personas menores de 18 años, entre las cuales debe estar la identificación y la investigación de los casos de malos tratos a la niñez. Sin embargo, no es así.
“Llama la atención que, en este periodo, en cuatro de los seis años los porcentajes más bajos de DFPH con necropsia practicada por un médico legista se observan en el grupo de 0 a 4 años (entre 69 y 83). Se esperaría que por tratarse de bebés al cuidado de los padres o tutores, la necropsia fuera considerada primordial para la certificación de la muerte con presunción de homicidio para la investigación de ésta.
Por algún motivo se observa que, en 2012, 2014 y 2016 los mayores porcentajes de necropsias practicadas por un médico se dieron en el grupo de niñas de 5 a 9 años: 96.2, 93.8 y 89.7, respectivamente. En 2017, los porcentajes de necropsias en los grupos de 0-4, 5-9 y 10-14 son más homogéneos; el del grupo 15-17 es el más alto observado en el periodo para ese grupo de edad: 95.1, informó el estudio de ONU, en poder de Revolución TRESPUNTOCERO.
De 2011-2017, las DFPH ocurrieron en mayor proporción en la vía pública (55%), y el medio más utilizado fue el arma de fuego (51.9%) seguido del ahorcamiento, estrangulamiento, sofocación, ahogamiento e inmersión (16.3%) y del objeto cortante (10.3%).
En 13% de las DFPH de niñas y adolescentes en la vía pública se desconoce el medio utilizado. En el caso de las DFPH de niñas y adolescentes en el hogar, el medio más utilizado para su muerte es el ahorcamiento, estrangulamiento, sofocación, ahogamiento e inmersión (25.2%), seguido muy de cerca por las armas de fuego (24%) y por el objeto cortante (14.6%). Asimismo, 16.3% de las DFPH ocurrió con medios no especificados.
Según los datos de la Secretaría de Salud, son las niñas y las adolescentes quienes reciben el mayor número de atenciones por violencia, salvo por la física. Es decir, se atiende en mayor proporción a ellas que a los varones.
Asimismo, menos de la mitad de los casos de violencia en los que las víctimas son personas menores de 18 años son reportados al MP, con la excepción de la violencia sexual (64.7% para varones y 62.3% para niñas y mujeres adolescentes).
“Esto es preocupante pues, a diferencia de las personas mayores de edad, quienes son las responsables de hacer las denuncias porque se persiguen por querella (cuando no son lesiones graves), en el caso de las mujeres menores de 18 años el Estado es responsable de perseguir de oficio los casos, por lo que los médicos encargados de informar al MP no pueden excusarse de hacerlo”.
En lo que se refiere a las víctimas de delitos, se observó que en el periodo de 2015 a 2018 hubo un total de 194 feminicidios de niñas y adolescentes, 3,044 casos de corrupción de menores, 671 homicidios dolosos, 12,545 lesiones dolosas, 201 casos de tráfico de menores y 427 casos de trata de personas. Con lo anterior queda claro que en el país falta mucho por hacer para garantizar la vida y la seguridad de las niñas y las adolescentes.