(17 de septiembre, 2014).- Miles de activistas y manifestantes se han expresado en apoyo a la independencia de Escocia realizando una manifestación en los Riscos de Salisbury, en Edimburgo, Escocia y Reino Unido.
El referendo que se realizará en Escocia el 18 de septiembre, plantea la posibilidad de que éste país se vuelva independiente, lo que parece asustar los intereses capitalistas y neoliberales de Reino Unido y la Unión Europea, debido a las repercusiones que podría traer la separación de ese territorio y el ejemplo que podría dar a otros movimientos separatistas.
El Acta de Unión de 1707 agrupó a los reinos de Inglaterra y Escocia y desde entonces han existido opositores a la unión. La alianza está integrada actualmente por Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia. No obstante, Escocia ha avanzado de manera paulatina hacia su independencia.
En 1998, volvió a tener un gobierno y parlamento propios. El Partido Nacional Escocés ganó por una abrumadora mayoría en las elecciones parlamentarias locales de 2011, tras una campaña en la que prometió realizar un referendo de independencia.
En octubre de 2012, el primer ministro británico, David Cameron, y el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, firmaron el Acuerdo de Edimburgo que permite a Escocia celebrar un referendo de independencia con la pregunta: “¿Debe Escocia ser un país independiente?”.
En el referendo podrán votar las 4.2 millones de personas que reúnen los requisitos básicos, tener más de 16 años, ser un ciudadano británico, de la Unión Europea o de la Mancomunidad Británica con permiso de residencia en Reino Unido, y vivir en Escocia. Muchos jóvenes votarán por primera vez, lo cual podría inclinar la balanza a favor de la independencia.