Mientras en otros países las vacunas llegan a cuenta gotas, Estados Unidos echó a perder más de 82 millones de dosis contra el COVID-19.
Esta pérdida ocurrió desde diciembre de 2020 hasta mediados de mayo del año en curso, así lo revelan datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
De acuerdo con un reportaje de BC News, las tiendas minoristas CVS y Walmart fueron responsables de perder una cuarta parte de este volumen de vacunas.
Por otra parte, Oklahoma tiró a la basura casi cuatro millones de dosis y Alaska echó a perder un millón.
Un análisis de EFE expone que existen varias razones por las cuales se echaron a perder las vacunas:
Algunas caducaron y otras se echaron a perder por problemas en los congeladores.