(14 de septiembre, 2014).- Tres gobernadores y varios otros políticos de Brasil han sido vinculados a un esquema multibillonario de lavado de dinero presuntamente involucrado a la compañía petrolera estatal Petrobras, en un escándalo que podría alcanzar hasta los niveles más altos del gobierno de Brasil.
En su testimonio, como parte de una declaración frente a la Policía Federal, el exdirector de Abastecimiento de Petrobras Paulo Roberto Costa, nombró a varios políticos quienes según afirmó, participaron en el esquema de lavado de dinero, informó Veja. Entre los políticos se encuentran exgobernadores de Río de Janeiro y Pernambuco, el actual gobernador de Maranhão, y por lo menos tres senadores.
Según O Globo, las acusaciones más serias han apuntado hacia Roseana Sarney, la gobernadora de Maranhão, quien ha sido acusada de tener nexos con Alberto Youssef, líder del esquema de lavado de dinero que presuntamente operaba con la ayuda de Costa. Ha surgido evidencia de que Youssef también financió viajes para los asesores de dos senadores, uno de los cuales Costa nombró en su testimonio.
La investigación sobre el masivo lavado de dinero, denominada “Operação Lava Jato”, hasta ahora ha llevado a cargos contra por lo menos 46 personas por crímenes financieros tales como transferencias ilegales de dinero y lavado de dinero. Según unos documentos de la corte a los que accedió Bloomberg, la operación criminal lavó US$4,4 billones en fondos de brasileños intentando evitar pagar impuestos, presuntos narcotraficantes, y el dinero malversado de Petrobras.
Youssef trabajó como “doleiro”, un vendedor informal de divisas quien ayudaba a sus clientes a depositar su dinero en el extranjero sin notificarlo a las autoridades recolectoras de impuestos. Él presuntamente colaboró con Costa para lavar dinero a través de Petrobras. Ambos fueron arrestados en marzo.
A pesar de que la presidenta Dilma Rousseff no ha sido implicada a ningún delito relacionado a la “Operação Lava Jato”, ella sirvió como presidenta del Consejo de Administración de Petrobras de 2003 a 2010, y tener su nombre conectado a una compañía enredada en un escándalo probablemente no es buen augurio para su campaña reeleccionista. Según una encuesta reciente, Dilma está detrás de su oponente Mariana Silva en las elecciones presidenciales de Brasil en octubre.
Rousseff ya había sido criticada por su rol en la compra en 2012 de una refinería de petróleo en Texas con sobreprecio, un acuerdo que empezó cuando Rousseff era aún presidenta del Consejo de Administración de Petrobras. Investigadores brasileños están averiguando si la compra de esta refinería podría estar relacionada con la “Operação Lava Jato”, sin embargo, tal vínculo no necesariamente significaría que Rousseff haya tenido conocimiento del esquema de lavado de dinero.