(15 de septiembre, 2016. RevoluciónTRESPUNTOCERO).- La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció hace unos días que el gasto público para el próximo año 2017 tendrá un recorte de 175 mil millones de pesos, que sumados a los otros anuncios de disminución del presupuesto arrojan un total de 239 mil 700 millones menos para el gasto gubernamental en favor de los mexicanos, esto equivale al 1.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Aunque no es una novedad, el anuncio hasta hace unos días comenzó a conocerse con certeza qué programas y proyectos de gobierno se verán más afectados con el mayor recorte al presupuesto en la administración de Enrique Peña Nieto –se trata del cuarto de forma consecutiva-.
De acuerdo con el documento de pre criterios generales de política económica de la SHCP, el recorte es necesario para poder enfrenar la caída en los ingresos del Gobierno y no recurrir nuevamente al endeudamiento o al incremento de impuestos.
Entre los grupos más afectados por estos lineamientos del Gobierno federal se encuentra el sector campesino – históricamente sumido en la pobreza- ya que cifras del Instituto Nacional de Estadística, Información y Geografía (INEGI) indican que seis de cada 10 habitantes de zonas rurales se encuentran en situación de pobreza (61.1%); es decir, casi 17 millones de mexicanos.
Aun con este panorama desolador el presupuesto para el 2017 representa una acción de abandono para los pequeños productores pues con el fin de disimular las limitaciones que tendrán el Gobierno federal decidió fusionar programas y sumar recursos para dar la falsa idea de que se mantiene una política de apoyo al sector agrario.
En este sentido José Dolores López, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) detalló a Revolución TRESPUNTOCERO que el sector más castigado por esta decisión será el de producción de básicos (arroz, trigo, frijol y maíz entre otros).
“La propuesta del Ejecutivo federal para el Programa Especial Concurrente (PEC) 2017 tiene un recorte de 13 por ciento, por lo que el gasto rural es similar al de 2013, es decir estaremos produciendo con precios de inflación acumulada pero con apoyos de hace casi diez años.
“No hay más, esta decisión hunde más a los que menos tienen, los programas de apoyo a los pequeños productores y de productividad se les asigna 8 mil 588 millones de pesos, es decir, 3 mil 610 millones menos que en este año”, precisó el líder agrario.
Dolores López denunció que la propuesta del Programa Especial Concurrente fue diseñada para desaparecer los programas y la reubicar otros lo que dificulta la comparación de resultados.
“Al programa de apoyos a pequeños productores se suman los recursos para el desarrollo de zonas áridas, así como de los de siniestros agropecuarios, el campo en nuestras manos y fortalecimiento a organizaciones rurales, para dar la impresión de que se están aumentando sus montos, cuando en realidad se están disminuyendo.
“Según datos de la misma Financiera Nacional Agropecuaria se le resta 61 por ciento del presupuesto; a Fideicomisos Integrados en Relación con la Agricultura se le quita 50 por ciento; al componente Arráigate, 42 por ciento; al Fondo para el Apoyo a Proyectos Productivos, 40 por ciento, y al programa de incentivos para productores de maíz y frijol, 57 por ciento. En total de 22 mil millones de pesos que se ejercieron en 2016, para el 2017 solo tendremos 15 mil millones”.
Una catástrofe
En este mismo sentido Rocío Miranda, presidenta de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, consideró que estas cifras presupuestales estarán llevando a la catástrofe a 3.5 millones de campesinos, debido a que la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (SAGARPA) quitará los recursos a seis de nueve programas prioritarios; en la Secretaría de Desarrollo Social, cinco, y a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas se le quita 51 por ciento del presupuesto que tuvo en este año.
“Aunque son diversas dependencias de gobierno estos programas tienen injerencia y beneficios para el sector campesinos. Evidente estas decisiones fueron tomadas con una total falta de una visión social en el paquete económico. En este panorama, las organizaciones sociales del campo haremos nuestro trabajo y crearemos un frente ante el neoliberalismo para enfrentar la catástrofe que se avecina en el agro nacional.
“Los campesinos e indígenas, a pesar de representar el 65 por ciento de la producción de auto consumo en México, no son importantes para el Estado. El recortar en 29.1% el presupuesto al campo con daño colateral para los pequeños y medianos productores así como población en pobreza extrema, solo le abre la puerta a la inversión para los grandes agroempresarios quienes podrán contratar a un campesino por semana, sin derechos laborales, de salud o antigüedad sin posibilidad alguna de defensa empresarial o laboral”, expresó Rocío Miranda a Revolución TRESPUNTOCERO.
Finalmente, el Presidente de la Central Campesina Independiente (CCI), Francisco Rojas Pérez, opinó que es necesario frenar las importaciones de maíz, fríjol y café y destinar esos recursos a incentivar la pequeña producción.
“La superficie sembrada de varios productos como es el caso del maíz, frijol, arroz y café se han venido reduciendo, ya que no es rentable cultivar y menos en pequeñas superficies. Por esto el poco gasto público que ha dejado el gobierno federal para el campo debe orientarse a la producción de los 11 alimentos básicos y estratégicos que determina la Ley de Desarrollo Rural Sustentable en su artículo 179, como maíz, caña de azúcar, fríjol, trigo, arroz, sorgo, café, huevo, leche, carnes (bovino, porcinos, aves) y pescado, ya que constituyen la base de la alimentación del pueblo de México”, concluyó el veterano líder campesino.