La joven defensora del clima sueca, Greta Thunberg, se encuentra camino a la cumbre de Naciones Unidas en Nueva York. Para evitar volar en avión y generar emisiones de dióxido de carbono, embarcó en el velero de carrera “Malizia II”, que la llevará a través del Atlántico en un viaje de aproximadamente dos semanas.
Thunberg siempre se ha negado a usar el avión, por los daños al clima que causan sus emisiones. Sin embargo, este año escolar decidió tomarse un sabático para hablar ante representantes de estados en la cumbre de la ONU, en septiembre, y la cumbre climática, en Santiago de Chile, en diciembre. Entre esas fechas, quiere participar en protestas, y hablar con activistas, políticas y políticos, también en México.
Para atravesar el mar, la defensora aceptó la oferta del capitán Boris Herrmann, quien maneja la “Malizia II”, yate de alta velocidad de 18 metros que fue construido para carreras alrededor del mundo, y que no posee ninguna comodidad para pasajeras o pasajeros. No tiene cabinas, ni tampoco un baño. El yate es propiedad de la familia real de Mónaco, quien con su fundación “Príncipe Alberto II” apoya el trabajo en temas ambientales. Pierre Casiraghi, hijo de la princesa Carolina, es el co-capitán.
Como en muchas otras de sus actividades, Thunberg ha recibido muchas críticas por el viaje, desde “falta sus clases de escuela” hasta “elitista”, y muchos mensajes de odio. Pero, en charla con periodistas antes de desembarcar en Plymouth, Inglaterra, el 14 de agosto, se mostró convencida de “hacer todo lo que puedo” en contra del cambio climático.
“Cuando dejas de volar, no solamente reduces tu huella de carbono, también envías una señal, que la crisis climática es real”, dijo en entrevista con la cadena BBC, al mismo tiempo que otros medios revelaron que una segunda tripulación de la “Malizia II” sí volará para llevar el barco de regreso a Europa.
Las velas del barco llevan el lema “Unite behind Science” (Unidas detrás de la ciencia en inglés), porque “siempre va haber gente que no entiende o acepta los resultados de la ciencia, pero los ignoraré, sólo actúo en base a la ciencia”, dijo Thunberg. Y el capitán Herrmann agregó: “Sabemos que no todo el mundo puede atravesar el Atlántico en un yate de alta tecnología, pero cada persona puede empezar en su propia casa.”
La salida de Thunberg de Plymouth generó mucha atención pública y mediática, docenas de simpatizantes la despidieron de tierras inglesas mientras varios barcos acompañaron a la “Malizia II” en su salida del puerto. Muchos medios europeos se dedicaron a saber si Greta, también acompañada por su padre, Svante, y un periodista sueco, se pondrá mareada en el viaje, qué comerá, y cómo pasará las dos semanas sin ducha y sin baño.
Pero la atención internacional es inmensa, algunos medios hasta siguen el viaje en un blog en vivo. El capitán Herrmann anunció que hará muchos virajes para evitar tormentas. Muchos veleros no cruzan el Atlántico en agosto debido a la temporada de huracanes.
Greta misma se mostró despreocupada. Reconoció que podría marearse, pero dijo que había muchas personas en el mundo sufriendo más que esto. El segundo día abordo, tuiteó que pasó una noche agitada pero que durmió bien, y que en la noche habían visto delfines acompañando el barco, al oeste de la costa de Francia.