Alina Rosas Duarte / @Alinnoize
(21 de septiembre, 2013).- Varias regiones del estado de Guerrero hace meses se vieron afectadas por sequías en el campo; en espera de las lluvias, llegó el huracán “Ingrid” y la tormenta tropical “Manuel” a devastar la región.
Malinaltepec, uno de los municipios guerrerenses fue afectado con el paso de los mencionados fenómenos meteorológicos no sólo en su infraestructura, las lluvias obligaron a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) a declararlo zona de desastre natural.
En el Diario Oficial de la Federación del día de ayer, viernes 20 de septiembre, se emitió la “declaración de desastre natural en el sector agropecuario, agrícola y pesquero” en el municipio, a causa de las fuertes lluvias que dejaron a productores, que no cuentan con aseguramiento público o privado agropecuario, en la ruina.
Con la declaratoria, se pretende que se usen en el municipio los recursos con cargo al Fondo de Apoyo Rural por Contingencias Climatológicas, pero Malinaltepec no es el único municipio dañado.
El río Tlalpaneco, ubicado en los límites de Puebla y Guerrero, incrementó su corriente casi al 90 por ciento trayendo consecuencias irreparables, ya que ha afectado hasta el momento 200 hectáreas de cultivos en la zona, ocasionando que los poblados vecinos de Buenavista, El Organal, Frutillo y Cuatlextecoma estén alertas desde el pasado 15 de septiembre, día en el que las lluvias golpearon la zona.
La crisis agropecuaria también ha afectado a estados como Puebla, en donde los productores de maíz en grano se vieron afectados junto con los productores ovícolas cuyo monto en conjunto es de 33 mil 819 millones de pesos, que de sufrir daños, serían irreversibles.
En otras entidades, como el caso de Tabasco, se decidieron tomar precauciones y asegurar por 450 millones de pesos, campo y ganado, lo cual equivale a 743 mil 437 cabezas de reses y 200 mil hectáreas de cultivos agrícolas que están protegidas en caso de verse afectadas por las lluvias.
La crisis agropecuaria no sólo se verá reflejada en las zonas de desastres, sino en los bolsillos de las familias que verán el incremento de precios en sus alimentos en poco tiempo.