(15 de agosto, 2014).- De acuerdo a la Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), cada año 40 mil niños son repatriados de EE.UU. a México, de los cuales, 18 mil viajan solos. Para hacer un llamado al gobierno federal a tomar medidas al respecto, actualmente se desarrolla un ayuno presidido por el padre Alejandro Solalinde a las afueras de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“Los niños, las niñas, siguen saliendo, siguen saliendo de sus lugares de origen, de Centroamérica y México, y siguen corriendo el riesgo de un destino incierto, que no conocen, pero más bien, se ve que siguen huyendo de la violencia de los lugares de origen, de la falta de oportunidades, y por supuesto, de la miseria”, señaló Solalinde el pasado miércoles 13 de agosto.
En entrevista con Telesur, Elvis Ariel Garay, proveniente de Nicaragua y quien también mantiene ayuno, declaró que la demanda principal al gobierno mexicano y norteamericano es el cese a la deportación de los niños migrantes.
“Ellos van en búsqueda de libertad y un mejor futuro, porque en sus países de orígenes, están siendo reclutados por lo que son los maras, el crimen organizado, estamos viviendo en una época que están reclutando niños de 10 años, ocho años, y los están volviendo asesinos profesionales”, enfatizó.
Para Solalinde, lo que han hecho las autoridades mexicanas y estadounidenses es criminalizar a los niños migrantes; “es encerrarlos, enjaularlos, apresarlos, es verdad, privarlos de su libertad”.
El pasado 12 de agosto, Felipe González, de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), informó que en septiembre, miembros del organismo internacional viajarán a la frontera mexicana del norte para atestiguar la crisis humanitaria derivada de la constante llegada de menores de edad que viajan de Centroamérica y México sin compañía alguna.
Para el también defensor de derechos humanos, Alejandro Solalinde, la repatriación de la que son víctimas miles de menores significa no sólo deshacerse de ellos, sino “devolverlos en las mismas o peores condiciones a sus lugares de origen, sabiendo que no hay nada para ellos”.
Organizaciones centroamericanas, por su parte, han instado a lograr la unificación familiar de los niños que han migrado a EE.UU. para así evitar la constante migración en aras de buscar a sus familias, ya que a decir del organismo Aldeas Infantiles SOS, “los niños buscan ir a Estados Unidos no sólo a buscar oportunidades de trabajo, sino para reunirse con sus familiares”.
Por su parte, el pasado miércoles 13 de agosto, la Comisión Permanente del Senado de la República avaló solicitar al Ejecutivo Federal que la Secretaría de Hacienda autorice una ampliación presupuestal extraordinaria de 76.5 millones de pesos al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), para atender a los niños y adolescentes migrantes no acompañados.
Si bien el pasado 7 de agosto la Secretaría de Relaciones Exteriores informó una presunta disminución del 10 por ciento en el flujo migratorio de niños a EE.UU., en el Senado se reveló que las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 57 mil menores en el lapso del 1 de octubre del 2013 al 30 de junio del 2014.