(23 de julio, 2014).- Dentro de los problemas de incesante corrupción e impunidad que atraviesan las instituciones de Perú, un informe de la Procuraduría Anticorrupción de aquel país, reveló que aproximadamente 92 por ciento de los alcaldes en funciones se encuentran bajo investigación por dicho delito.
Con base en el informe, los mil 699 gobernantes locales incas de los más de mil 840 existentes, están involucrados en malversación de recursos, peculado, colusión y negociación incompatible, situación más que preocupante pues más de la mitad de ellos se han postulado para gobernar nuevamente.
Uno de los señalados, es el acalde de la provincia de Chiclayo, con 18 acusaciones criminales distintas, representante del Movimiento Manos Limpias, mientras que otros tres gobernantes mantienen 13 acusaciones criminales a cuestas cada uno.
Aunado a los alcaldes investigados, el informe de la Procuraduría da cuenta de las pesquisas contra mil 755 exalcaldes y otros 19 gobernadores que igualmente son acusados de corrupción.
Al respecto, Christian Salas, procurador anticorrupción del Perú calificó como “incalculables” las pérdidas económicas ocasionadas por la imperante corrupción dentro de las instituciones, y señaló la falta de control financiero del gobierno como la principal causa.
Tal como refiere el sitio especializado InSight Crime la corrupción en el país sudamericano ha alcanzado “proporciones endémicas” y se ha colado al interior de todas las instituciones, incluso al poder Ejecutivo.
Dentro de los últimos presidentes que ha tenido Perú, tres están vinculados a actividades ilícitas, uno de ellos es Alan García, quien anteriormente fue señalado por aceptar dádivas del crimen organizado a cambios de conceder el perdón presidencial.
En 2013, trascendió el caso de 19 políticos que fueron investigados por lavado de dinero y narcotráfico. Uno de ellos, el gobernador César Álvarez, fue incluso señalado de ser líder criminal de un grupo en el departamento de Áncash, quien supuestamente pagó a sicarios por ejecutar ciertos asesinatos.
Sin embargo, como refiere InSight Crime, el que más de la mitad de los alcaldes se quiera reelegir “es señal de la creencia de que van a evadir la condena, lo que apunta a una cultura no sólo de corrupción, sino también de impunidad”.