(4 de septiembre, 2014).- La presencia de miles de niños migrantes centroamericanos en Estados Unidos, es un fenómeno que en los últimos meses ha detonado en los medios por su magnitud y el impacto que causó el hacinamiento de éstos en centros de detención de la frontera sur. Empero, no es una problemática exclusiva de estas latitudes, pues alrededor del mundo miles sufren el encierro a la espera de que se resuelvan sus solicitudes de asilo o sean deportados.
Human Rights Watch (HRW), organización internacional no gubernamental documentó el caso de Bhavani, una niña originaria de Sri Lanka que pasó dos años en un Centro de Detención luego de que sus padres intentaran refugiarse en Tailanda, donde la ley no permite a quienes solicitan asilo regularizar su situación migratoria.
Si bien el gobierno de EE. UU. reaccionó tibiamente y trasladó a miles a asilos a la espera de procesar las solicitudes, es sabido que en muchas ocasiones las propias autoridades (no sólo las norteamericanas) retrasan intencionalmente los procesos con el propósito de que los solicitantes se harten y decidan volver a sus países de origen.
HRW documentó a lo largo de 10 años de investigación, las condiciones en que lo infantes son confinados a centros de detención en todo el orbe, donde sufren severas violaciones a sus derechos humanos, sin el mínimo respeto a estatutos internacionales.
En Tailandia por ejemplo, cada año se canalizan miles de infantes a centros migratorios y unidades policiales, donde se vive de manera inhóspita pues comparte las celdas con adultos desconocidos, no cuentan con servicio médico decente, educación, y normalmente son víctimas de abusos por parte de elementos de seguridad y otros arrestados.
De a poco, este fenómeno de condiciones inhumanas se instaura en todo muchos países, los cuales si bien tienen el derecho de vigilar sus fronteras, exponen a los menores de manera preocupante a obtener secuelas físicas y mentales, a causa de sistematizar las detenciones y eliminar sus expectativas de liberación.
Durante febrero de 2013, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exhortó a todos los países miembros a terminar las detenciones de menores con el pretexto de su situación migratoria, así como acatar las normas internacionales en caso de efectuar los arrestos.
Uno de los motivos que provocan el trato inhumano en los centros de detención, de acuerdo con HRW, es que éstos no contemplan las necesidades primarias de los niños. Ante ello, la organización internacional recomienda acabar con dichas instalaciones y en su lugar instaurar recepciones de corte familiar para recibir a niños solitarios y otorgarles un poco de certidumbre.
Actualmente, más de 50 millones de personas en todo el mundo no contaron con otra opción más que dejar sus hogares para trasladarse a otro país, números que no se habían presentado desde la Segunda Guerra Mundial, en tanto que más del 50 por ciento de los refugiados son infantes.