Autor: Estela Garrido
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La victoria tunecina radicó en el uso de la libertad de expresión, al menos así lo indicó Jérôme Benoît, fundador del colectivo de grafiteros Zombie Intervention Tunisie (ZIT) en Túnez y dueño una galería de arte, organizó a los artistas callejeros retomó las calles de país. Con tres artistas urbanos ZIT comenzó a tapizar las casas de la familia de Ben Ali con mensajes contestatarios. Llamando a la población a la sublevación, el objetivo era tanto recuperar los espacios públicos como llamar a tomar las calles y protestar.
Tras la revolución de los Jazmines, emprendida en enero del 2011, Túnez logró, después de 27 años, derrocar al gobierno autocrático de Zine El Abidine Ben Ali. Las manifestaciones sociales abarrotaron las calles de las principales ciudades luego de la protesta de Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante de verduras y frutas, a quien tras habérsele confiscado su puesto, decidió auto inmolarse prendiéndose fuego en la ciudad de Sidi Bouzid, en protesta por las precarias condiciones de vida que atraviesa el país árabe.
El gobierno de Ben Ali respondió con una brutal represión a las manifestaciones que se propagaban por todo el país. En el primer mes hubo 66 muertos. Lejos de disiparse la protesta, el pueblo tunecino se unió por medio de convocatorias lanzadas en Facebook y Twitter. Ali ordenó disparar indiscriminadamente a la población que se oponía al régimen en las calles.
“La población ya estaba muy harta. Había hambre, mucha corrupción, desempleo. Era cuestión de tiempo que la gente se levantara”, asegura Benoît rememorando la protesta de Bouazizi ardiendo en la calle.
Luego de semanas de protesta, el 14 de enero del 2011, una manifestación multitudinaria que gritaba ‘¡Fuera Ben Ali!’, logró lo impensable: el presidente abandonó el país y dejó el gobierno en manos del Primer Ministro. El 17 de enero el gobierno anunció la legalización de todos los partidos y de la liberación de todos los presos políticos.
Aunque para el artista francés, el proceso no ha terminado: “La revolución tunecina aún no ha terminado, se convocara a elecciones en 2013 y seguimos pintando paredes, haciendo arte en la calle”.
El activista francés impulsó la creación artística en la calle durante las marchas, la represión de la policía y los manifestantes que caían al piso sin vida. El mensaje de Benoît es claro: salir y tomar la calle, recuperar los espacios públicos y no olvidar la libertad de expresión.