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Jóvenes, porno… y delitos

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A principios de 2018, más de mil jóvenes fueron demandados en Dinamarca por haber difundido, mediante Facebook, un videos de dos adolescentes manteniendo relaciones sexuales; podrían pasar seis años en la cárcel. Aquí te decimos en qué momento el consumo de pornografía se vuelve peligroso.

Lo que podría ser considerado por jóvenes y adolescentes una gracia, una provocación o un impulso por ser aceptado se puede convertir en un delito que termine en prisión, como podía pasar en este caso en el que 800 chicos y 200 chicas, de entre 15 y 20 años, compartieron a través de la mensajería de Facebook un video de una pareja de 15 años manteniendo relaciones sexuales.

Al notar la enorme cantidad de veces que se estaba difundiendo y que se trataba de menores de edad, Facebook se dirigió a las autoridades estadunidenses, quienes a través de Europol advirtieron a las autoridades danesas del caso. La policía levantó demandas en contra de cada una de las personas que lo compartieron porque si bien la edad legal del consentimiento sexual son los 15 años, la ley de Dinamarca establece que la difusión de mensajes de carácter sexual con menores de 18 años constituye un delito de pornografía infantil.

No se sabe quiénes eran los protagonistas del video y si consintieron su difusión, pero para quienes lo compartieron pensando que era un video porno con el cual podían hacer bullying, masturbarse o excitarse, ahora se encuentran en problemas. No es el único caso. Aquí te compartimos tres posibilidades en las que el porno puede tener consecuencias legales.

  1. PORNO VENGANZA.

    Puede comenzar como un reto, un entretenimiento o una prueba de amor, pero el sexting tiene de peligroso lo mismo que de excitante. Una encuesta realizada a universitarios de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, reveló que 29% de los alumnos envió, poseyó o tomó desnudos desde su celular o computadora.

    Así sean para tu novio o tu novia, no olvides que se pueden compartir a millones de personas más, lo cual te pone en una situación vulnerable, además de que se considera un delito en numerosos países cuando son menores de 18 años. Ese material quedará en posesión de alguien que, más adelante, lo podría usar en tu contra.

  2. MALWARE

    Al ver pornografía en tu teléfono celular podrías estar exponiendote a que un malware entre a tu dispositivo y obtenga información personal que te ponga en riesgo de ser extorsionad@ o chantajead@. Es común que, al entrar a páginas tres equis, en algunos dispositivos aparezca un letrero que señala que estás cometiendo un delito y, si quieres evitarlo, valides tus datos en otra página.

    Mediante este acto, que muchos realizan por miedo y vergüenza, estás exponiendo tus datos. Los Android son los que están más expuestos a esta posibilidad, así que es mejor emplear una computadora o, a la vieja usanza, ver películas en DVD o Blu-ray.

  3. GANCHO

    Se ha registrado que adultos suelen ganarse la simpatía de varones jóvenes enviándoles, de manera gratuita, material pornográfico a sus móviles o correos electrónicos, pero semanas después les piden que protagonicen su propio material o envíen sus fotos de desnudo para retribuir todas las imágenes enviadas, cosa que suelen hacer pues lo consideran divertido, se sienten con la obligación de llevarlo a cabo para seguir recibiendo videos y fotos o se sienten presionados y avergonzados.

    Lo ideal es no recibir este tipo de cosas, ni siquiera de buenos amigos o parientes. Es importante que desde la primera vez digas que no lo deseas y, si es necesario, bloquees al contacto.

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