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Keith Raniere: el Rasputín de los Salinas y los Junco

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(23 de mayo, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- Hay que reconocer que el apellido Salinas parece tener la cualidad única de vincularse abiertamente con escándalos criminales. Será por eso que me recuerdan a los Roark de Sin City. Pues si algo posee la familia del expresidente es una influencia tal como para salirse con las suyas, a los ojos de todos y sin mayor consecuencia.

No obstante, cuando los Salinas fueron noticia nacional de nuevo, ocurrió en el peor momento para Los Pinos. A finales de marzo de 2018, en medio de la campaña presidencial, fue detenido en México un «maestro new age con cabello largo y una manera de hablar estilo gurú», como The New York Times definió a Keith Alan Raniere en aquella nota de octubre de 2017, donde se denunció a la organización de autoayuda Nxivm –entre otras cosas– por marcar y convertir en «esclavas sexuales» a mujeres que tomaron «cursos de empoderamiento empresarial».

La Fiscalía Federal para el Distrito Este de Nueva York añadió a la gama de delitos: el robo de identidad, extorsión, lavado de dinero, obstrucción de la justicia y tráfico sexual. Lo anterior sin contar con el agravante de que muchas de las víctimas fueron menores de edad.

Así, el norteamericano de 57 años fue puesto a disposición de las autoridades y de inmediato deportado a Estados Unidos, tras ser capturado en una lujosa villa de Puerto Vallarta, el lugar donde permaneció escondido para escapar de la justicia de su país. A estas alturas de la historia, para nadie pasó desapercibido que su refugio se encontrara en Jalisco, uno de los cuatro estados en México donde Nxivm tiene fuerte presencia.

Según explicó el propio Emiliano Salinas a Carlos Marín, el culto de Raniere cuenta con poco más de ocho mil clientes disgregados a su vez en Nuevo León, Guanajuato y la Ciudad de México, quienes pagan por ser parte de los talleres del Programa de Éxito Ejecutivo (ESP, por sus siglas en inglés), la licencia mexicana propiedad del hijo del expresidente priista. Claro, hasta que trascendió su renuncia, como también la de su fiel amigo y socio Alejandro Betancourt Ledesma. Oficialmente, a pesar de lo sucedido, la organización sigue operando en el país como desde hace 16 años.

Desde la aparición de la nota del Times, y con la tramposa ambigüedad que caracteriza a un político de cepa, Salinas Jr. negó cualquier vínculo o complicidad con las actividades de la «sororidad secreta» de Nxivm, aun cuando ESP México insistió públicamente en que «las autoridades norteamericanas ratificarán en el corto plazo la inocencia de Keith Raniere».

El titiritero fue usado como títere

Ante el desarrollo de los acontecimientos, la situación legal de la secta neoyorquina fue motivo de toda la atención de Carlos Salinas de Gortari, tanto en público como en privado. Y dicha inquietud trascendió entre los temas de aquel diálogo que tuvo durante el festejo en Tlalpan de sus 70 años en compañía de Enrique Peña Nieto, entonces mandamás de México.

En presencia de su célebre amigo Diego Fernández de Cevallos (quien trabajaba en ese momento para Ricardo Anaya y «Por México al Frente»), Peña y Salinas discutieron los pormenores de la siguiente etapa de la campaña del tricolor, no sin antes agradecer la ayuda por el operativo militar en Puerto Vallarta (apenas un par de semanas atrás).

Un detalle que centró las miradas de los presentes fue la pregunta sobre alguna carpeta de investigación abierta en la PGR contra su primer hijo varón. Tajante, de acuerdo a los testigos, la respuesta del exmandatario federal fue: «No, aún».

Lo anterior acreditaría la versión de que el propio expresidente sería el artífice de la caída en desgracia del dueño de Nxivm. Una hipótesis que compartió también Frank R. Parlato, una de las fuentes principales del Times para el reportaje de Barry Meier. El poder de la secta, que en 2009 contrató al mismísimo Dalai Lama para una conferencia, superó las expectativas de aquel que para muchos es el «líder de la mafia en el poder». Incluso, según el autor del blog Frank Report, Raniere mantuvo una estrecha relación con los Clinton.

Bromas aparte, el Innombrable manifestó su preocupación por la influencia del culto no sólo en su hijo, sino sobre todo en su hija: Cecilia. ¡Alarma en el palacio del titiritero! Los herederos sanguíneos del salinismo fueron secuestrados y el responsable debía ser detenido; eso destapa esta arista de la historia, y Salinas Occelli lo narró así:

—Cuando vine a la organización había mucha preocupación de gente cercana porque no entendían el proceso que seguía. Adónde me llevaba. Sobre todo mi papá, quien no conocía el programa, pero que a través de mí, ha sabido apreciarlo –confesó Emiliano en la conocida entrevista que hizo a Raniere como propaganda de Nxivm–. Estaba muy preocupado por mí… De que algo malo me iba a pasar, porque iba por un proceso de transformación que no entendía, que me iba a convertir en un cerdo egoísta.

Aquel que siempre temió a los raptos suicidas de las guerrillas, terminó apresado por uno de su clase: un empresario millonario de Brooklyn, con ínfulas de científico y filósofo, nacido para ganar y mandar. Uno de los suyos lavó el coco a su hija e hizo cómplice de sus crímenes a su hijo. Y al parecer, también en voz del propio Emiliano, siempre supo de qué iba la cosa:

—Lo que le dije a mi papá es: ‘Papá, desde tu perspectiva, desde tu experiencia, probablemente hay unas de las cosas que están haciendo que no te van a parecer nada. Nunca las vas a aceptar’ –refiere junior en un audio filtrado por Aristegui Noticias, el cual es parte de una extensa llamada entre Emiliano y Antonio Zarattini, un empresario que dimitió de la agrupación y quien asegura que él también reveló a Carlos Salinas que de la compañía Jness LLC (una filial de Nxivm) se desprendió la sororidad secreta que esclavizó y explotó a mujeres y menores de edad. Cecilia Salinas es dueña de Jness México.

Nxivm en Los Pinos

Su última película trata sobre la Familia Manson. Se llama Once upon a time in Hollywood. En ella, Quentin Tarantino retrata a la secta liderada por quien la historia identificó como un asesino serial. Con poesía, música y viviendo en una comuna en California, Charles Manson convenció a una docena de hippies para asesinar al menos a siete personas.

En Albany, Nueva York, Raniere y sus cómplices, entre ellas Kathy Russell, Nancy y Lauren Salzman (madre e hija), Clare y Sara Bronfman (herederas de los licores Seagram’s) y la actriz Allison Mack, infiltraron al círculo rojo de México y cometieron actos inenarrables con la fachada de un coaching para el jet set. Aún no se ha confirmado ningún homicidio.

Por ello, otra versión que circuló entre los invitados a la fiesta de cumpleaños en abril de 2018 fue que el arresto del guía espiritual de Salinas Jr. respondió a una medida de presión desesperada de Los Pinos ante lo que pareció una desleal actitud del expresidente hacia el candidato de su partido. «Yo sin duda tengo mi preferencia, pero como el voto es secreto me lo guardo para el día de la elección», respondió Salinas de Gortari cuando le preguntaron por quién votaría; palabras que molestaron al war room de José Antonio Meade.

«El lenguaje de ÁNIMA INC. está basado en el modelo filosófico y conceptual de psico-dinámica humana de Keith Raniere, y la visión artística y coreográfica de Alejandra González Anaya». De esta manera definió la hermana del Secretario de Hacienda de EPN su empresa, que desde hace tres años participa en la organización del desfile del Día de Muertos en Reforma, y que preparó los espectáculos de algunas gestas deportivas e incluso ciertos festejos durante el Bicentenario de la Independencia en 2010.

Junto a Emiliano y Cecilia, la hermana de José Antonio González Anaya fue una promotora incansable entre la élite mexicana del trabajo de «Vanguard», mote con el que se presentaba su «gran amigo», mentor filosófico de Ánima y -añadió- «fundador conceptual de un programa de potencial humano del cual también soy entrenadora». Como describió la politóloga del ITAM en una TEDx Talk, fue su «compadre» en Economía I con Isaac Katz (Emiliano) quien la convenció de unirse a Nxivm. Los avatares del destino harían que José Antonio se convirtiera, antes o después, en concuño de Carlos Salinas.

Pero Raniere acumula más nombres de expresidentes mexicanos en su lista de iniciados: Ana Cristina Fox, hija del expanista; y Fabiola Sánchez de la Madrid, esposa de Federico de la Madrid Cordero, hijo del priista. El nivel de involucramiento de ambas familias con la secta sigue siendo un misterio.

Reforma y fake news

Al estallar el escándalo, el neolonés Alejandro Junco de la Vega acaso pudo confirmar lo que Edgar Bronfman comentó hace años a Forbes cuando lo cuestionaron sobre la actividad de sus hijas: «Creo que es un culto». Hoy, sin una sola declaración al respecto, lo único que ha trascendido del poderoso magnate de Grupo Reforma -donde se ha parapetado la oposición a la 4T- es que «está gravemente enfermo».

No obstante, el nivel de compromiso de Rosa Laura Junco en la conspiración fue tan grande que la fiscalía norteamericana podría levantar cargos en su contra, y tratarla como una de las victimarias al servicio del Rasputín neoyorquino. De nuevo, en coordinación con Emiliano y Raniere, la hija del dueño de Reforma lavó el rostro de la secta y participó en las campañas de control de daños de Nxivm.

Con la fortuna de la actriz Nicki Clyne y la suya, Junco fundó The Knife Media. Un portal que dirigió y cuyo propósito no era otro sino traducir en números (usando «análisis científicos») el sesgo de los medios de comunicación. Y así medir su «honor». The Knife pretendía convertirse en un verificador de noticias, separando «las opiniones de los hechos». Hoy está fuera de línea, pese a que el sitio web fue elogiado lo mismo por Elon Musk que por la cadena de televisión Fox, que promocionó The Knife como una guillotina de fake news.

Ilegalmente, de acuerdo con el fiscal Moira Kim Penza, Emiliano Salinas abrió y administró diversas cuentas de correo electrónico «completamente criminales», con las que chantajeaba y acosaba a enemigos de la secta o a los detractores de Nxivm, desinformando sobre unos y desacreditando a los otros. «Individuos que debían ser objetivos», dijo Penza. Seguramente por romper con el «voto de lealtad», como eufemísticamente definió Clare Bronfman el control de D.O.S. (Dominant Over Submissive), el sistema de reclutamiento y esclavización en el que participaron al menos 70 mujeres, y donde Rosa Laura fue una «ama».

«Headlines are addictive, media is polarizing, news leaves a bad aftertaste, you can cut through it all», era la frase publicitaria del medio de la hija del dueño de Reforma. Sin perder la pretensión y el cinismo, The Knife pudo simplemente copiar lo que se leía en una camisa que distribuía la secta a sus «sumisas» de recién ingreso: «If you think: speaking with honor is gossip with discretion, you may not understand our technology!».

A la espera de nuevas revelaciones durante el juicio, Nxivm es ya la metáfora perfecta del sexenio de EPN. No me parece mera casualidad que una organización financiada y liderada por empresarios y actores norteamericanos, incrementara sus actividades en México a la sombra de un gobierno montado por Televisa.

El neosalinismo del «vengo a aprender» no perdió la mística del partido y se expresó de manera refinada a través del sectarismo (literal). Y se regodeó en todo momento de su propia miseria reformista (a costa de doctorados en lugar de cacicazgos, de mutilaciones en vez de cooptaciones, y de autocomplacerse en la impopularidad, sin buscar el mínimo contacto con algo que no fuera su espejo). En otras palabras, el peñanietismo como forma de ver al país desde la ventana del helicóptero, desde arriba y desde afuera, lejos de «la prole».

Siendo los ejes del star-system, estaban tan apartados de la realidad –tanto dentro de Nxivm como entre el priismo de Peña Nieto– que en su arrogante desprecio y en su vanidosa ignorancia se jodieron a sí mismos (y entre ellos).

«Reconozco que para algunos va a ser difícil separar el hecho de que soy hijo de Carlos Salinas de Gortari», reprochó Emiliano a quienes lo escuchaban durante aquella célebre charla sobre In Lak’ech que lo convirtió en un personaje público. Para su desgracia, ahora al hablar de él no sólo será difícil omitir el nombre de su padre, también será penoso borrar el recuerdo de su «gran maestro»: Keith Raniere.

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