Por: Andrés Piña @RHashtag
Hoy en el claro amanecer de la Ciudad de México, ese amanecer de los brazos levantados y de las bocas gritando. Hoy, ha muerto Juan Francisco Kuykendall, luego de más de un año de luchar por su vida, primero en la Cruz Roja de Polanco y después en el Centro Médico Siglo XXI; y es que se lucha desde muchas partes, desde los caminos, desde la provincia o con las palabras.”Kuy” lo confirma desde aquello que Cortázar alguna vez llamó, refiriéndose a Dalton, “la larga marcha del militante”.
Activista, lo mismo que dramaturgo; Kuykendall marchó con muchos otros jóvenes el día de la toma de posesión e iba con ellos codo a codo, como el profesor popular que solía ser, aún en esos momentos seguía enseñando y dando clases fuera del aula.
Era también otro amanecer muy parecido al de las madrugadas de pancartas y banderas que habían despertado en el verano del 2012. Un amanecer que posteriormente se llamó #1DMX. Allí sufrió una lesión craneal, que lo dejo prácticamente en estado de coma.
Todo es una sucesión infinita de amaneceres, “Kuy” es un testamento de ello. Federico García Lorca alguna vez escribió en una obra de teatro, “quiero morirme siendo amanecer”. Pues parece que Juan Francisco lo escuchó. Es increíble que una época en dónde el respeto a los derechos humanos se considera fundamental para construir un mejor gobierno, sigan sucediendo casos como el de “Kuy”, que en pleno ejercicio de su derecho a protestar fue herido.
Por eso para terminar esta nota hay que empezar diciendo, hoy en el claro amanecer de la Ciudad de México, ese amanecer de los brazos levantados y de las bocas gritando. Hoy ha muerto Juan Francisco Kuykendall, luego de más de un año de luchar por su vida…