I.- Aunque la excepción confirma la regla, hace digno y constitucionalista al Ministro José Ramón Cosío Díaz, quien fue el único que se atrevió a votar a favor de que se realizaran las consultas populares que millones de mexicanos suscribieron para cuestionar, por una parte, que la Ley Federal de Trabajo establezca que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia; y por la otra, sobre la Reforma Energética. Los ministros: Margarita Luna Ramos, Alfredo Gutiérrez, Juan Silva Meza, Fernando Franco, Arturo Zaldívar, Luis María Aguilar, Alberto Pérez Dayán y Olga Sánchez Cordero, avalaron la resolución que desechó las demandas. De esta manera, la Corte dejó de ser Suprema y órgano colegiado de la Nación, para convertirse en un grupo servilmente rendido a Los Pinos del peñismo.
II.- Con esto, el peñismo tiene en sus manos presidencialistas-autoritarias a los tres poderes que han estado gobernando contrariamente a lo dispuesto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para dañar al pueblo con un mal gobierno antirrepublicano y antidemocrático; pues la representación al servicio de los millonarios, ricos, empresarios, banqueros y patrones, ha pervertido a esa democracia representativa y no ha dejado más salida al pueblo, que la democracia directa. Alegaron los empleados de Peña que dichas consultas no procedían, porque perjudicaban las finanzas gubernamentales y pisotearon los derechos humanos de gran parte de la Nación, que ahora tiene la última opción política-constitucional: ejercer su soberanía directamente. Y como los poderes públicos ya no gobiernan en beneficio del pueblo, éste tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno Artículos 39 y 41 de nuestra Ley fundamental, cuyos principios han interrumpido los Tres Poderes (Artículo 136 constitucional).
III.- A una de las ponentes, Olga Sánchez Cordero, le acaban de regalar la Medalla “Eduardo Neri”, el guerrerense que se opuso al golpe militar del criminal y alcohólico Victoriano Huerta –quien ha tenido sus discípulos en: Salinas de Gortari, Díaz Ordaz, Echeverría, Calderón–, y en lugar de honrar la distinción se convirtió en una golpista al dictaminar que las consultas populares del PAN y del PRD (la del PRI fue pura demagogia), no procedían… ¡Por anticonstitucionales! La otra ministra Luna, también mantuvo su tradicional postura “para servir al señor presidente” Y los restantes seis ministros, que cobran millonario sueldo mensual, optaron por alinearse al peñismo. Zedillo, igual que otro Victoriano Huerta que hundió al país con el Fobaproa, la matanza de Acteal y fue feroz atacante de indígenas, le dio a la Corte facultades de Tribunal Constitucional, por medio de sus legisladores de entonces. Y así es como han estado actuando: jueces y parte de la constitucionalidad, al estilo de lo que propuso el nazi Carl Schmitt: que fuera Hitler el “guardián de la Constitución”. Esto hicieron esos ministros que le dieron la espalda a la demanda de consultas populares.
