Como consecuencia del consumo excesivo de plástico por parte del humano, el planeta ahora presenta una región llamada “Platisfera”, la cual es un ecosistema que alberga grandes cantidades de desechos en medio del mar.
La creación de ese término está a cargo de la microbióloga marina, Linda Amaral-Zettler.
“En 2010, estábamos planeando recolectar muestras de plástico para un próximo crucero para caracterizar las biopelículas [organismos que se adhieren entre sí y en otras cosas] en el plástico”, dice Amaral-Zettler. “Estaba tratando de pensar en un término conveniente para describir a la comunidad y se me ocurrió […] ‘plastisfera’”, mencionó Linda.
Dentro de la Plastifera existen organismos que realizan fotosíntesis, hay interacciones ecológicas como la relación presa-depredador, parasitismos, procesos simbióticos, etc. Debido a ello, Robin Wright del departamento de farmacología de la Universidad de Dalhousie en Canadá comentó que sí se puede considerar la zona como un ecosistema
“Si tomamos la definición de ecosistema como ‘una comunidad biológica de organismos que interactúan y su entorno físico’, entonces esto es casi seguro que se aplica a la plastisfera”.
Sin embargo este ecosistema tiene la característica muy particular que es que fue creado por el humano debido a que consume excesivas cantidades de plástico, por ejemplo, se sabe que cada minuto llegan un millón de botellas de plástico al mar.
Este ecosistema es un parche de basura en el Pacífico que fu descrito por primera vez en 2013.
Como consecuencia de que el plástico se encuentra en el agua, un estudio demostró que dependiendo de las tonalidades del desecho (azul, amarillo, transparente) va a dar lugar a la colonización de diferentes tipos de organismos.
Por otra parte, ya existen también microorganismos capaces de “comer” o degradar plásticos, tal es el caso de las bacterias Thioclava sp. BHET1 y Bacillus sp. BHET2, las cuales se demostró en un estudio que son capaces de realizar esa acción pero lo interesante es que fueron encontradas en medio del océano.
Con información de UNAM Global.
