En la segunda vuelta presidencial del próximo 22 de noviembre, más allá de enfrentarse dos fuerzas políticas con ideologías muy diferentes, está en juego el futuro de una Argentina que ha logrado salir del endeudamiento de los fondos buitres, sin doblegarse a los recortes sociales del FMI.
Tras las elecciones presidenciales celebradas este domingo 25 de octubre, cuando salió ganador el candidato del Frente para la Victoria (FPV) Daniel Scioli con más del 36 por ciento de los votos; existe una posibilidad -mínima- pero latente que los votos del excandidato Sergio Massa del Frente Renovador (FR) se inclinen hacia Mauricio Macri de Cambiemos y le den una sorpresiva victoria en la segunda vuelta.
Este escenario, no significaría solamente una derrota para Scioli, no. Representaría el retroceso a una Argentina que se arrodilló al Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de préstamos que sometieron a la sociedad y poblaciones más necesitadas a recortes sociales; sería volver a una nación neoliberal que tiene como meta eliminar los subsidios y regresar a la crisis de los años 90, marcada por la corrupción, el desempleo, la deuda pública y los fondos buitres.
Argentina, como otras naciones progresistas de América Latina, desde la llegada de los Kirchner en el 2003, marcó una década de nuevo desarrollo que superó más de 30 años de políticas neoliberales que secuestraban su futuro y la coloban en manos del FMI, pues el país debía más del 139 por ciento de su PIB.
Y es que el “Gobierno K” logró la reducción a la mitad de los niveles de pobreza, indigencia y desempleo; renovación de la Corte Suprema de Justicia, establecer juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en dictadura, así como el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas con los demás países de Latinoamérica, entre los que figuran Brasil y Venezuela.
Un triunfo de Macri sería perder los espacios conquistados en la lucha por el socialismo, la descolonización capitalista, la inclusión e inversión social. La derecha afilada y soldada de Europa y Occidente arrasaría con diez años de autonomía económica, desendeudamiento y reformas laborales para beneficio del pueblo.
Esta mañana, la corresponsal de teleSUR en Argentina, Beatriz Michel, informó que el candidato de Cambiemos planteó en su programa de Gobierno, renegociar con el FMI los fondos buitre que tanta calamidad e inestabilidad desató en el país.
Insistió en que el organismo internacional tiene una historia polémica con esta nación suramericana, puesto que apoyó económicamente a la última dictadura y propuso créditos en 1990, a cambio de medidas que desmejoraban a la población, entre ellas aumentar la edad de jubilación de los adultos mayores.
Dijo que Scioli, en cambio, propone mantener la independencia financiera ganada con los Kirchner, así como la soberanía y estabilidad económica. Destacó que el Gobierno actual ha hecho grandes esfuerzos por apoyar las cooperativas de trabajo, lo que podría perderse con la llegada de Macri al poder.
Macri plantea entonces, como lo dijo en las declaraciones de este lunes, un cambio drástico y profundo para el país, pero ¿a costa de quiénes?
Éste dijo que “no se enamorará de ningún librito”, refiriéndose a la ideología kirchnerista, pero han sido estos pensamientos y esta ideología de la cual el candidato desdeña, los que le han brindado protagonismo a los más desposeídos en Argentina; los mismos que seguramente batallarán el próximo 22 de noviembre por el legado de la década ganada y que no dejarán perder.
Es el candidato de la oposición derechista en Argentina, nació el 8 de febrero del año 1959 en Tandil, en la provincia de Buenos Aires. Hijo de Franco Macri, empresario dueño de uno de los grupos económicos más importantes del país.
Mauricio se graduó como ingeniero civil en la Universidad Católica de Argentina. En 2005, creó junto con Ricardo López Murphy la alianza electoral Propuesta Republicana (PRO), en estos comicios es el precandidato presidencial del PRO por el frente Cambiemos junto a Gabriela Michetti.
Macri es el gobernador saliente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su gestión estuvo marcada por una ineficiente obra pública sobretodo en el área de asfaltado, una inexistente política de construcción de viviendas y el endeudamiento público desmedido; sólo una muestra de cómo quedaría el país a sus riendas.
Un blog publicado por el político y dirigente Carlos Heller el pasado 18 de abril denuncia que si Macri no fue capaz de gobernar una población tan pequeña como Buenos Aires, poco haría por la gestión eficiente de todo un país.
En ese mismo escrito, hay una parte que resalta que este candidato invirtió gran parte del dinero público en propaganda electoral.
“Mauricio Macri se caracteriza por mostrar insistentemente su pobre gestión de Gobierno gastando mucha plata en publicidad y propaganda. Lo confirma una nota del legislador Martín Hourest cuando manifesta que en el 2010 se sobre ejecutó el presupuesto un 142 por ciento en publicidad y propaganda (Página 12, 3/3/11)” reza el texto.
“SBASE (Subterráneos de Buenos Aires S.E.), empresa del GCBA que se dedica a la ejecución de los proyectos de ampliación de subtes, no sólo invierte en obras para que gocen los porteños sino también en propaganda para la gestión de Macri. Por ejemplo, a principios de año se contrató a la agencia de publicidad “Sentidos S.A.” para anunciar spots televisivos en algunos programas tales como Talento Argentino, Intrusos o Cuestión de Peso”, dice también que “(…)cualquiera deduce que ese dinero está mal gastado cuando se entera que con esa plata se podría haber construido, por lo menos, 10 metros de túnel”.
Macri se comporta no como posible Presidente, sino como un heredero del neoliberalismo
La parlamentaria Diana Conti ha insistido en que “Macri se comporta como un gerente de una empresa privada. En toda obra pública o emprendimiento que se hacía en la Ciudad (Buenos Aires), yo sospecho si no lo hace por el sólo hecho de lucro de las empresas privadas con las que tiene relación. Es la matriz que él heredó de sus empresas y que la tiene internalizada, la matriz neoliberal de la dictadura y el menemismo”, aseguró la diputada.
También, uno de los más rigurosos investigadores de la deuda externa argentina se pronunció sobre el caso. Alejandro Olmos Gaona, asesor del presidente ecuatoriano Rafael Correa en la auditoría que realizó ese país sobre los créditos contraídos en dictadura. Éste años atrás ofreció detalles sobre cómo se endeudaron distintas empresas favorecidas por los militares.
“Las deudas no eran reales; fueron fraguadas. Había un acuerdo entre las empresas y los bancos extranjeros para que después el Estado se hiciera cargo de los créditos. Ahí no sólo estaban las empresas de Macri, sino también los Pérez Companc, el Bank of America, hay un listado enorme”, sostuvo el especialista.
Además, se preguntó en aquel momento: “¿Cómo es posible que el gobierno, que indudablemente está enfrentado con Macri, no ponga en evidencia y de forma documentada que la deuda que estamos pagando es de un grupo empresario que se vio beneficiado con deudas que después tuvo que pagar toda la comunidad?”
Una campaña tramposa que sumó votos a Macri
Para la analista internacional, periodista e investigadora Estela Calloni, durante la campaña de estas presidenciales, hubo mucho dinero, especulación y manipulación mediática,
Opina que las encuestas inflaban un logro de Scioli y luego se dio la sorpresa que Macri estaba cerca en los resultados a boca de urna con un 34 por ciento; una diferencia menor al tres por ciento respecto al candidato de izquierda.
Enfatizó que esto responde a una campaña brutal contra el legado de los Kirchner, pues a su parecer, hubo mucho despretigio hacia Alicia Kirchner y el hijo de la Presidenta de Argentina, que favorecía a sectores de la derecha.
Sin embargo, resaltó que municipios clave de la Provincia de Buenos Aires quedaron en manos del FPV.
“Tenemos una oportunidad real e histórica de ganar la segunda vuelta”, dijo Calloni pero reconoció que aún el país es manipulado por las granes élites mediáticas que ponen en juego el futuro del país.
“Nuestras sociedades están siendo martilladas por informaciones que vienen de los Estados Unidos y que hacen más daño que la desinformación”, dijo.
Concluyó que Argentina debe estar alerta y que no se debe dejar perder “ninguno de los espacios que hemos ganado”.
Resaltó que los votos que obtuvo Macri fue por su alianza con el partido Unión Civica Radical, es decir “que su triunfo en el interior del país no es de él sino del referente partido, el cual perdió su identidad tras unirse a propuestas republicanas”.