(07 de enero, 2016.- Revolución TRESPUNTOCERO).- Ocho de la noche, un ejército de revendedores se abalanzan a ofrecer boletos o a comprar “los que te sobren”, seguidos de un sin fin de puestos de playeras, tazas, fotos, dvd’s y cd’s que traen impreso el rostro de Madonna. Cientos de personas se concentran en uno de los dos accesos del recinto donde se presentará la cantante americana que desde el 2012 no pisa escenario mexicano.
Grandes, chicos, niñas, niños, de todos los colores y estratos, un público muy variado; y es que son casi 3 generaciones en un solo recinto. Desde 1982 a la fecha la cantante a la que están a punto de ver se ha dedicado a “cazar tendencias” y mostrarlas en forma de re-invención con sonido, coreografía y mucha moda.
Aunque “la chica material” cita a las 8:00 pm, hace su aparición hasta las 10:18 pm. La gente se emociona, grita mientras la manta que cubría el escenario cae y comienza un video donde las imágenes de la cantante atraen la atención de todos los asistentes, mientras los acordes de “Iconic” suenan y un montón de samurais salen a recibirla mientras ella baja del cielo en una jaula mientras les recuerda a sus 20,000 fans reunidos: “haz que tu luz brille como una preciosa estrella, enséñale al mundo quién eres”.
Un show de más de dos horas pero, ¿qué puede ofrecer de diferente la mujer que nos ha enseñado todo en 10 diferentes tours mundiales y con un montón de “nuevas” popstar alrededor? Nos mostró un show diferente. Quién ha visto las 4 giras con las que la cantante ha visitado México, sabrán que ésta tiene de diferente todo. El concepto Rebel – Heart habla de dos partes en las que ha dividido su carrera: la parte romántica de “True Blue” y ”Ghosttown”, y la parte rebelde “Deeper and Deeper” y ”Holy Water”.
Un concierto donde brilló más su voz y su guitarra -olvidando la parafernalia de presentarse en un recinto más grande, sin tantas coreografías- se acercó más al público que por lo menos el día de ayer, se entregó totalmente.
¿Olvidó entretener y dejar boquiabiertos a los asistentes? Madonna y su equipo son expertos en shows, iluminación, sonido, arreglos y vestuario. Y con seguridad, después de ver a los bailarines que también son acróbatas, la iluminación, el escenario robotizado, debemos decir: no hay un show visitando los 5 continentes en este año y el pasado que contenga lo que tiene para dar el #RebelHeartTour.
En el set list brillaron los 80´s, década en la que empezó un reinado que mediáticamente le adjudicaron y que durante más de 30 años se ha ganado y hoy en día nadie puede arrebatar a la mujer de más de 50 que se mueve más que las chicas de 20 que tienen un hit y quieren ser llamadas reinas.
El setlist habla de la trascendencia que ha tenido la cantante en cada década: Holiday(1982), Material Girl(1984), True Blue (1986),Who´s that girl(1987), Vogue (1990), Deeper and Deeper (1992), Music (2000), Candy Store (2007), Bitch I´m Madonna (2015) entre otras.
Una Madonna inspirada, bromeaba con México, dando sus segundos pasos en el idioma, “¿me entiendes?”, decía mientras el público gritaba sin control. El llanto le llegó al rostro justo antes de cantar “Rebel Heart” una de las canciones más íntimas y biográficas de la cantante. Dio un pequeño guiño a la cultura mexicana con imágenes de uno de sus ídolos: Frida, nuestra Frida.
Nalgadas, camas, show taurino, cruces, monjas sexis, plataformas que subían y bajaban, luces tan brillantes que no parecían normales, una guitarra, un “¡Bye bitches!” y una cantante norteamericana que salía a festejar un “Holiday” con una bandera de México y que se despedía tal y como llegó: en los aires y montada en un columpio que se la llevó sin dejar rastro de ella.
Madonna: la que ha vendido más de 300 millones de copias, la mujer más recaudadora en un tour en el mundo, la máxima exponente de Billboard, la revista de música más importante en el mundo, la primer cantante en llegar al billón de dólares en su cuenta bancaria, la illuminati, la madre, la chica material, la reina del pop. Ella la que no decepcionó a uno de los públicos más exigentes: México.
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