(12 de diciembre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- La descomposición y corrupción del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) es latente al igual que la falta de sanciones verdaderas que detengan la repetición del acto delictivo, ya que hasta el momento no hay una enmienda en su conducta y sólo se refleja la evasión de la responsabilidad cubierto en un manto de insensatez y abrigado del dinosaurio PRI.
El partido del Tucán ha volado lejos de cualquier castigo, sin remontarnos hasta el año en que nació formalmente como PVEM (1993) bajo el mando de “antiguos” militantes priistas, Jorge González Torres, mencionaremos sus últimos delitos electorales.
El Verde caracterizado por ser usado como comodín de otros partidos políticos para que éstos no pierdan el poder en municipios, entidades o en el Congreso, fue multado en 2003 por obtener 91 millones 227 mil pesos de la asociación civil Amigos de Fox, cantidad que nunca reportó como utilizó y que fueron ganados durante su alianza en el 2000 con el PAN para favorecer la campaña de Vicente Fox como presidente de México.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó una multa de 322.4 millones de pesos contra el Verde en 2012, quien era acusado de “proselitismo indebido” durante la campaña “Soy Verde” en 2009, la cual aparecía en las telenovelas y revistas de Televisa.
Nos remontamos a los famosos spots mejor conocidos como la campaña Cineminutos, los cuales se seguían transmitiendo cuando ya no era permitido en Cinépolis y Cinemex, con el fin de promover a sus legisladores como parte de una campaña masiva que buscaba posicionar al partido, acción que fue castigada por el Instituto Nacional Electoral (INE) con la “ausencia” de publicidad por tres días y una multa de 76 millones 160 mil 361 pesos, delito relacionado con Arturo Escobar ya que su hermano Adrián era el dueño de la empresa Rabokse encargada de la propagación de los productos audiovisuales y la cual recibió millones de pesos.
Nacido políticamente bajo la estrella del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Arturo Escobar y Vega se ha convertido nuevamente en el centro de la atención pública nacional al victimizarse por las acusaciones de la Fiscalía Especializada para la Atención contra Delitos Electorales (Fepade), por haber incurrido a violaciones de leyes electorales en los pasados comicios federales de junio.
Arturo Escobar sucedió en la dirigencia nacional del PVEM a José Emilio González Martínez, conocido como el “Niño Verde”, cuya gestión fue señalada por evidentes actos de corrupción y cinismo que serían repetidos por su heredero, quien además de ser el centro de la atención pública por la portación de un millón cien mil pesos en efectivo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en 2011, también ha sido criticado por su polémica propuesta de “pena de muerte” a secuestradores.
En los comicios pasados los evidentes delitos electorales le dieron al PVEM en alianza con el PRI los votos suficientes para consolidarse como la primera fuerza política del país.
Debido a ello, el gobierno de Enrique Peña Nieto lo premió dándole la subsecretaría de Prevención del Delito de la Secretaría de Gobernación (Segob), pese a que no tiene ningún tipo de experiencia en el rubro.
Apenas hace unas semanas la Fepade filtró a los medios de comunicación la averiguación previa que abrió en contra de Arturo Escobar, lo que provocó su renuncia del gabinete federal.
Sin embargo, Escobar se victimizó ante los medios de comunicación por las filtraciones de la Fepade, encabezada por Santiago Nieto, por el expediente que existe en su contra por las evidentes violaciones a las leyes electorales.
Su excusa se ampara en que la Fiscalía debió seguir el debido proceso en vez de exponerlo a la opinión pública, no obstante, no ha negado los delitos electorales que le causaron multas de más de 500 millones de pesos a su partido.
Ahora ha interpuesto una demanda en contra de Nieto por afectaciones a su imagen pública, cuando ha sido desacreditado por sus acciones políticas que han sido respaldadas por la complicidad del PRI.
Escobar y Vega se integró al PVEM en 1995 y comenzó su carrera en la administración pública como diputado de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para después desempeñarse como diputado federal dos veces, senador, vocero del partido, líder del partido y funcionario federal, no obstante, tanto él como el “Niño Verde” serán perdonados por ser los chivos expiatorios del PRI.
Esta nueva resolución del caso más reciente de Escobar, quien está dispuesto a regresar a su cargo como subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana en la Secretaría de Gobernación, sólo muestra un acto más de corrupción, impunidad e ilegalidad por parte de instituciones como el INE o hasta el mismo PRI, quienes mandan un mensaje de burla a toda la sociedad mexicana, aun cuando tanto organizaciones, especialistas y políticos han exigido que el PVEM pierda su registro como partido político.