(27 agosto, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Deshonesto, perezoso, corrupto, mentiroso, ladrón, plagiador e inculto son algunos calificativos que describen a Enrique Peña Nieto, y los cuales han sido reforzados tras la publicación, el pasado domingo, del reportaje de Aristegui Noticias.
“Urgente evaluar a EPN”, se lee en uno de los memes que salieron tras la publicación del reportaje “Peña Nieto, de plagiador a presidente”, en donde se comprueba que al menos el 29 por ciento de su tesis es un plagio de 10 autores, entre ellos Miguel de la Madrid Hurtado, Enrique Krauze, Jorge Carpizo y Diego Valadés, el vocero de presidencia, Eduardo Sánchez.
Un segmento de la población y funcionarios públicos como el vocero de presidencia, el secretario de educación y el Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), expresaron que el texto periodístico era un “ataque”; que el plagio sólo era un “error de estilo y de imprenta”; y que habían temas más “importantes” y “trascendentes”, aunque cuando se acusó a Peña Nieto del caso de corrupción de la Casa Blanca o el más reciente sobre el departamento de Miami de Angélica Rivera, denunciado por The Guardian; sólo se guardó silencio y con ello se volvió a defender al priista.
Sin embargo, la reacción burlona y de minimizar el hecho sobre “Ctrl+C, luego Ctrl+V y listo, ya tienes tu tesis” ocasionó que periodistas, políticos, académicos y estudiantes exijan que se sancione el plagio mejor conocido como robo, ya que no importa que haya sucedido hace 25 años, es una acción grave que ayudó a Enrique Peña Nieto a conseguir su título como Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana (UP), lo que ha permitido que el priista ocupe cargos en el poder, como gobernador del Edomex y ahora mandatario.
Los estudiantes del Tecnológico de Monterrey a través de Change.org crearon una petición, que lleva recolectadas más de 92 mil firmas, para que la institución retire a Peña Nieto el título de maestría en Administración de Empresas, por haber plagiado la tesis en la UP.
En el ámbito político fue Araceli Damián, diputada de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien en entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO declaró que “es una vergüenza que un plagiador haga una reforma educativa y que se jacte de preocuparse por la educación de este país, cuando no tiene la capacidad para encabezar los cambios que se requieren en la materia”, ello sólo “muestra su falta de calidad ética y por lo tanto, no merece estar en la presidencia”.
“Muestra la falta de compromiso ético, desde muy temprana edad, del que es presidente de la República y lo que merece es que se le retire el título de licenciado, lo que jurídicamente es viable. De hecho, cada día es más frecuente que haya casos de acusación de plagios en tesis, trabajos de maestría y doctorados y lo que hacen las universidades que se precian de ser serias, es retirar los grados académicos”, detalló la diputada.
Durante una mesa de debate organizada por Aristegui Noticias, la politóloga Denisse Dresser, recalcó que Peña Nieto “ya estaba desnudo, pero esto simplemente revela cuán encorvado está, intelectual y éticamente, ya que éste no es un hecho aislado. Él ha llegado al poder mintiendo, ocultando, doblando las reglas y demostrando ser una persona que no debería estar al frente de la Presidencia y bueno ni haber recibido el grado de la Universidad Panamericana”.
Agregó que “grave es la reacción de lo no grave” por parte de presidencia, de la UP y la sociedad mexicana, quienes justifican que todo el mundo plagia, que el hecho sucedió hace 25 años, que el error fue de imprenta y que se analizará el texto cuando se ha comprobado que casi el 30 por ciento de la tesis roba las ideas de 10 autores.
El historiador y académico Lorenzo Meyer, quien también participó en el debate, definió el plagio como “usar el trabajo de otro como tuyo” lo cual se define como robo.
Cuando Peña Nieto se tituló era un joven de 25 años que ya tenía “sentido de la ética, la ética es en la conducta humana la distinción entre lo que está bien y lo que está mal; si no sabes que plagiar está mal y, sin embargo, te dan un título de licenciado en derecho, alguien está mal, tú y quien te lo da. En este caso tiene plena conciencia de lo que estaba haciendo”, declaró el historiador.
Por su parte la comunidad académica mexicana en una carta abierta a la opinión pública publicada, el pasado 24 de agosto reprobó el plagio en todas sus variantes y en este momento en lo que refiere al caso de Peña Nieto, donde la Facultad de Derecho de la UP debe realizar las investigaciones correspondientes ya que el “hecho es grave en sí mismo por todo lo que implica respecto a los valores que deben orientar no solo la vida académica, sino a la vida en sociedad”.
“Como académicos y como ciudadanos, creemos que es una obligación elemental señalar lo inaceptable de una conducta indebida. Si esta conducta es relativamente usual, eso no disminuye dicha obligación. Se trata, en el caso del plagio académico, de una acción que atenta contra el quehacer intelectual, contra las normas mínimas que deben regir el funcionamiento de toda institución universitaria y contra aspectos esenciales en la formación de la juventud mexicana. Conviene recordar que la universidad no forma principalmente académicos, sino hombres y mujeres con los conocimientos, valores y herramientas indispensables para construir una sociedad mejor”, se lee en la carta.
Asimismo el profesor peruano Otoniel Alvarado, quien sufrió plagio por parte del político y ex candidato a la presidencia César Acuña, declaró para Distintas Latitudes, que “los partidos políticos deben ser escuelas de civismo, escuelas de moral, de sensibilidad”, razón por la cual no se puede garantizar un buen gobierno si estos son plagiadores.
El plagiar demuestra el perfil psicológico de las personas, ya que son mentirosas, adulteran las situaciones, te engañan fácilmente, compran voluntades, no son honestos, no son honrados, solamente ven sus intereses, explicó Otoniel Alvarado.
Esta forma de ser, descrita por Alvarado, encaja perfectamente con el perfil del priista y su gabinete, lo cual ha generado crisis económica, política y social en México, ejemplo de ello, han sido las declaraciones de las calificadoras internacionales como Standard and Poor’s (S&P), quienes sólo anuncian un crecimiento en la deuda neta del país, pese a imposición de numerosas reformas estructurales.
Cabe señalar que altos funcionarios en otros países como Alemania, Estados Unidos, Francia, Hungría, Perú y Rumania han sido destituidos de sus cargos por plagio.
El caso más reciente fue en Perú, cuando César Acuña se postuló como candidato a la presidencia en el proceso electoral de 2016, pero se acusó al político de haber plagiado el libro de Otoniel Alvarado para su tesis de doctorado, a ello se sumó que se encontraron irregularidades en su título de bachiller en ingeniería; pese a que éste no renunció a sus aspiraciones de dirigir un país, el Jurado Nacional de Elecciones lo descalificó el pasado marzo.
En 2013 la principal autoridad judía en Francia, Gilles Bernheim renunció a su cargo al admitir que plagió y mintió sobre su carrera como filósofo.
Pál Schmitt en 2012 se convirtió en el ex presidente de Hungría debido a que la página hvg.hu denunció que su tesis doctoral, realizada en la Universidad Semmelweis de Budapest, tenía 180 de las 215 páginas plagiadas, por ello dicha institución integró un comité de cinco expertos para analizar la “investigación” y concluyó en quitarle el título, tras esa decisión el gobernante decidió renunciar.
Mientras, en México todo se reduce a un error estilo o a una acción que “todo mexicano” ha cometido.
Enrique Peña Nieto hace 25 años fue incapaz de hacer “El Presidencialismo Mexicano y Álvaro Obregón” y recurrió al camino más fácil que fue plagiar, veinte décadas después sigue procediendo de la misma forma, ya que en vez de crear políticas y leyes que favorezcan a toda la población, acciones difíciles de emprender, sólo fomenta la corrupción, la violencia e impunidad.
En el cuarto informe de gobierno, el priista seguramente declarará que lo que sucede en México sólo es un “error de estilo”.