(07 de mayo, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- El terreno del internet como medio de comunicación masivo comenzó a tomar fuerza desde la década de los 90 y no fue hasta el nuevo milenio donde la opinión pública era vertida en los temas coyunturales. El medio más joven había transformado los alcances de sus hermanos como la radio, el periódico, la televisión y el cine, involucrando a la gente que pasó de ser espectador a productor de contenido.
Pero no todo es así de maravilloso pues en años recientes los gobiernos han visto que el internet puede desatar revoluciones como el fenómeno de la primavera árabe y ya se ha intentado censurar.
En esta ocasión tocaremos el más reciente e impactante intento de censura para luego pasar a la ya reconocida en las redes #LadyMeme. Los proyectos de ley SOPA y PIPA fueron introducidos en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y en el Senado de los Estados Unidos respectivamente en los últimos meses del 2011.
Ley SOPA (Stop Online Piracy Act) en términos sencillos tenía la intención de sanción cualquier publicación en el océano de internet usando material desde una imagen o comentario hasta obras completas de atores ajenos.
De ser aprobada esta propuesta, las autoridades estadounidenses podrían congelar los ingresos y la publicidad en sitios web, obligar a los motores de búsqueda a ‘borrar’ estas páginas web de sus resultados e incluso solicitar a los proveedores de internet que bloqueen el acceso a estos dominios.
La pena por “distribuir” contenido sin el permiso del autor sería de seis meses hasta cinco años de prisión.
Ahora, aunque no sea referente a la utilización de materiales ajenos, la ley que propone en México la diputada local de San Luis Potosí Martha Orta Rodríguez, mejor conocida como #LadyMeme puede mantenerte preso hasta por 4 años de cárcel por la difusión en las propias redes sociales de imágenes “lesivas” o que “humillen”, entre ellas los “memes”.
Esta idea de regula el uso de imágenes en el océano de la web será presentado ante el Congreso estatal para reformar el Código Penal de San Luis Potosí, “en busca de disuadir la violencia o acoso desde las redes sociales”.
De acuerdo con la funcionaria el beneficio de tener al alcance información en tiempo a través de la web “nos hace vulnerables en todo sentido, pues muchas veces la información se usa para denigrar o lacerar la honra, la buena fe o simplemente exponer la vida de otras personas… existen diversas formas de agredir o violentar la integridad de una persona a través de las redes sociales, el internet y las plataformas”.
Esto también nos hace recordar la ley Fayad presentada el 27 de octubre del 2015, el Senador del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Omar Fayad, presentó una iniciativa de Ley para Prevenir y Sancionar los Delitos Informáticos, redactada en colaboración con la Policía Federal.
Su deficiencia en redacción carente de sentido prácticamente convertía en un crimen encender la computadora.
A través de un decálogo, la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) alertó sobre la intención del Partido Revolucionario Institucional (PRI) –a través del senador Omar Fayad- de criminalizar el uso de internet a través de sanciones económicas y penales para castigar, por ejemplo con hasta 28 años de cárcel a quien, sólo por publicar ciertos datos, sea considerado un terrorista.
“Así que deja de dar retweet a esas notas sobre la Casa Blanca, Ayotzinapa, Tlatlaya y la otra casa de Videgaray. Para estar seguros no hables de ninguna casa si no quieres pasar de 15 a 28 años de prisión”, explica el documento difundido por la red que además explica el riesgo de criminalizar el derecho a la libertad de expresión en la red, pues se pretende castigar con cárcel a quien agreda o difunda cualquier forma de maltrato verbal.
“Se abre la puerta para criminalizar voces disidentes, minoritarias o impopulares”, hasta con dos años de cárcel, además de imponer una mordaza al periodismo de internet.
Por lo anterior el internet es el único medio medianamente democrático que existe, la gente lo conoce, lo maneja, le sirve, se divierte y comienza a entender el poder político que tiene y cada vez será más difícil arrancarlo de las manos de los usuarios así como lo conocemos.