(11 de junio, 2016.RevoluciónTRESPUNTOCERO).- El PAN al “ganar” las siete gubernaturas el pasado 5 de junio aseguró haber roto con el “monopolio autoritario del PRI” en estados como Veracruz, Tamaulipas y Quintana Roo, “arrebato de poder” que puede traducirse en una simple “alternancia” de nombres políticos, porque al final forman parte del mismo grupo ideológico, es decir, favorecen la privatización, corrupción, represión a través de las fuerzas armadas, despojos, pobreza…
Este famoso “cambio” es una estrategia política que ya ha sido utilizada, el caso más emblemático fue en las elecciones de 2000 cuando triunfó el PAN, el favorito del circo político del PRI, quien estuvo en el escenario nacional por 12 años.
Por ello no se pude celebrar una ruptura del monopolio priista, porque desafortunadamente el PAN, ahora apoyado del doble cara del PRD, forman parte del juego político mexicano.
A este falso triunfo se suma la fuerte campaña de compra de votos y coacción que emprendieron las llamadas “grandes fuerzas políticas del país” (PAN, PRD, PRI), que antes y durante la jornada electoral estuvieron trabajando arduamente y como lo saben hacer, para aprovecharse del contexto de pobreza y necesidades primarias, como lo es comer, para conseguir sufragios.
En esta típica “guerra sucia”, donde jugaron su papel de denuncia mediática, el PAN salió bastante manchado durante la jornada electoral, ejemplo de ello fue la detención de dos de sus integrantes en Quintana Roo por la supuesta compra de votos.
Asimismo en Tamaulipas por años se denunciaron los nexos del PRI con el crimen organizado; relación de la que también es acusado el candidato panista Cabeza de Vaca, quien ganó el ejecutivo de la entidad, y resultado que aborreció y enojo a parte de la ciudadanía, y lo cual se expresó a través de redes sociales donde señalaban “No a cabeza de res en Tamaulipas”.
Cabe recordar que los gobiernos panistas con Fox y Calderón se caracterizaron por la gran apertura… pero al capital privado; así como la salida a las calles de los elementos de la fuerza armada para brindar “seguridad” y lo único que propició fue el incremento de violencia, la fortificación del crimen organizado, ejecuciones extrajudiciales, miles de muertes por “balas perdidas” durante los enfrentamientos; además que por esos años ya se cocinaban las reformas estructurales, bien trabajaditas para que con el “regreso” del PRI en 2012 pudieran imponerse.
En lo que refiere a un panista gobernando una entidad tenemos el caso del polémico Moreno Valle, que como buen politiquillo ha endeudado a la entidad con 22 mil millones de pesos con empresas bien conocidas por Peña Nieto, como lo es Grupo Higa; asimismo los morenovallistas se encargaron de beneficiar a compañías como lo es Concesiones Integrales SA de CV, para así privatizar un recurso básico como lo es el agua; por lo que el beneficio ha sido para los que ya tienen y mientras se continuó perjudicando al resto de la población y por ello la pobreza en la entidad incrementó un 4 por ciento.
Otro caso, no tan reciente, es el del panista y ex gobernador de Sonora, quien se especializó de manera muy profesional en endeudar a la entidad, ya que hasta sus últimos días como ejecutivo del estado realizó una transferencia o desvío de fondos de 134 millones de pesos. Guillermo Padrés acusado e investigado a nivel nacional e internacional (España), y que hasta el momento sigue impune, es denunciado principalmente por blanqueo de capitales, tráfico de influencias y abuso de poder.
El sello panista de Padrés dejó huella en la represión contra la tribu yaqui y casos de tortura como el que sufrió su ama de llaves durante años.
Así que sí el PAN está de “regreso”, lo que significa que las fichas se mueven en orden y siguen construyendo fachadas sobre las opciones de partidos políticos que tenemos en México, que lo único que tienen de diferente es el nombre, PRI.
La mentira y la falsedad siguen empeñando el proceso electoral y apoyados por discursos como el del presidente del Instituto Nacional Electoral, quien asegura que las elecciones fueron democráticas y “tranquilas”, nos manifiestan que en su mayor porcentaje el voto ni la democracia se ejerció libremente, la Ciudad de México podría ser la región que no estuvo tan manchada de la basura política que hoy gobierna el país.