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México debuta con triunfo: Viernes 13 casi se cumple

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(13 de junio, 2014).- Mientras miles de mexicanos ilusionados se aproximaban a las inmediaciones de la Arena Das Dunas en Natal, una lluvia torrencial apagaba de golpe los encendidos cánticos mexicanos que nuestros compatriotas lanzaban al aire para animar a la selección mexicana de futbol.

Al mismo tiempo que en nuestro país Emilio Lozoya comparecía ante la comisión de energía, encargada de revisar contratos de Pemex, el árbitro colombiano Wilmar Roldán daba el pitazo inicial que marcaba el debut mundialista del equipo mexicano con mas incertidumbre de la historia. Después del largo y trágico camino eliminatorio hasta la definición en repechaje, este momento era el más esperado para muchos aficionados, así como este momento también es el más esperado para muchos otros que esperan una resolución de leyes secundarias en materia energética.

Desde los primeros minutos la balanza se inclinó rápidamente hacia el lado mexicano, los 10 jugadores bajo la capitanía de Rafa Márquez y a las órdenes de Miguel Herrera, salieron al campo con un juego que obligaba a pensar en el mal juego mexicano de los partidos de preparación y la nueva cara del equipo, que cambió en una semana desde ese último partido ante Portugal.

Desde el inicio del partido la tripleta arbitral colombiana se mostró rígida, pero no fue hasta el primer gol de México que los colegiados mostraron su pobre nivel, cuando incorrectamente anularon el gol de Giovanni Dos Santos y por si no fuera poco, minutos después volverían a anular otro gol al mismo jugador, otra vez equivocadamente. El partido, convertido en un auténtico robo gracias a los colombianos, automáticamente nos remitía a pensar en la situación social de nuestro país, donde la palabra “robo” toca fibras sensibles, específicamente en la misma materia que hoy comparecía el director de Pemex, la energética.

Cuando el medio tiempo llegó, una vez más se sentía la incertidumbre en el ambiente y evitar pensar en un empate y todo lo que ese resultado implicaba era imposible. Sin embargo, al minuto 61 del complemento, tras una buena jugada del equipo, apareció Oribe Peralta, que metió el balón a las redes tras un rebote y devolvió toda la esperanza a los miles de aficionados mexicanos, esa esperanza que muchos otros buscan encontrar para tener un mejor país.

Después de ponerse arriba en el marcador y tener la sensación de que se estaba venciendo más a los árbitros que a Camerún, la selección mexicana, que parecía cargar una mala suerte digna de viernes 13, se comenzó a relajar y los últimos minutos del encuentro se sufrieron más de lo debido, ante un equipo africano encabezado por Samuel Eto’o, que buscaba sacar el empate como sea. 

Incluso, en una de las últimas jugadas del partido, los cameruneses estuvieron muy cerca de igualar el partido luego de un remate de cabeza que Guillermo Ochoa salvó en la línea, regresando así el aliento a un país que en lo deportivo, lo perdió por unos segundos, pero en lo social, todavía no lo recupera.

Foto: AFP

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