Por: Valentina Pérez Botero
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Lo capturan: 100 dólares. Lo revenden: 2 mil dólares. Cada mes le extraen bilis: 30 dólares por mililitro. Los protagonistas de esta cadena de explotación son los osos vietnamitas, quienes debido a su valor monetario, han reducido su presencia en libertad a menos de un centenar de ejemplares.
En el umbral de la extinción las autoridades del país asiático han fallado al procesar, capturar y exigir que la prohibición del comercio y compra de bilis de oso se cumpla. La Fundación Animals Asia denuncia que las granjas con osos funcionan en todo el país: los osos viven hacinados () y son mantenidos vivos con el único propósito de extraerles de manera mensual bilis para la comercialización.
El santuario Tam Dao desde 2008 rehabilita osos recuperados de estas granjas de explotación. Aunque en las 12 hectáreas del parque se salvaguarda su integridad, los ejemplares no pueden recuperar su libertad total porque han perdido habilidades para la vida salvaje o están muy enfermos.
La bilis de oso es considerada por la medicina oriental como milagrosa en la cura de problemas hepáticos y para reducir los niveles de colesterol, por lo que es altamente codiciado. La Fundación Animals Asia insiste en señalar el crecimiento de turismo médico que incluso llega hasta las granjas para proveerse de bilis fresca.
El oso vietnamita no es el único animal en peligro por las propiedades médicas que se le atribuyen; el tigre y el rinoceronte también son asediados para usar sus huesos o cuerno en la preparación de medicinas.